Basura y atascos en los buzones de la recogida neumática de Reus

Los vecinos atribuyen la recurrente situación al mal uso y a la ineficacia del sistema

13 febrero 2020 09:12 | Actualizado a 18 febrero 2020 09:14
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Bolsas de basura acumulándose en las aceras. Es la imagen que se repite prácticamente a diario en las zonas de Reus donde disponen de buzones de recogida neumática. El sistema se implantó en 2007 en la zona oeste de Reus, a través de unos contenedores con forma cilíndrica que succionan la basura cuando se llenan, enviándola a una central de recogida, ubicada en el Velòdrom. Era una fórmula que quería ser revolucionaria, ofreciendo una mayor higiene. Trece años más tarde, se pone entredicho el sistema y la intención sería eliminarlo

«La succión no es la correcta, los buzones se llenan y la gente deja las bolsas en la calle», detalla el presidente de la Associació de Veïns l’Harmonia del Carme, Josep Machado. Asegura que la situación siempre ha sido la misma, «pero no se hará nada para mejorarlo. En la última reunión con la concejalía se nos informó que el sistema se eliminará porque no funciona», añade Machado. Desde Ayuntamiento aún no se confirma este extremo, aunque cabe recordar que, sólo cuatro años después de la implantación de la recogida neumática, el gobierno municipal ya señalaba que el sistema convencional de camiones «es más barato, de más fácil mantenimiento y más efectivo». 

De hecho, la previsión inicial del último gobierno socialista (con ICV al frente de la concejalía de Medi Ambient) era ampliar este tipo de recogida de la basura a toda la ciudad, pero el proyecto quedó paralizado al considerar que no funcionaba. Su implantación representó una inversión de 12 millones de euros (el consistorio pagó más de 9) y, a finales de 2011, el gobierno de Carles Pellicer anunciaba una subida de la tasa de la basura del 27%, con la recogida neumática como principal motivo. Actualmente, el sistema se mantiene en áreas como la del Velòdrom, la zona norte del barrio del Carme, el área residencial Hens, Camí de Riudoms, parte de la avenida Països Catalans, Passeig Sunyer o Passeig Prim.

«Se atascan fácilmente»

Desde la calle de Sor Lluïsa Estivill, Lana, que regenta un bar ubicado justo delante de unos buzones, explica que los atascos son habituales. «Cada semana hay algún contenedor que se queda obstruido», detalla. Bajo su punto de vista, se suman dos factores: «Puede ser que el sistema no funcione, pero parte importante del problema también es la gente. Hay algunos que no hacen ni el gesto de abrir el buzón y dejan la basura fuera. Otros, intentan meter bolsas o cajas de cartón demasiado grandes...», dice Lana.

La opinión general de vecinos y comerciantes de las zonas donde está implantada la recogida neumática es que el sistema es limpio, si funcionase correctamente. «Bajo mi opinión, los orificios son demasiado pequeños y, según qué, no entra», explica una vecina, mientras intenta poner una caja de cartón en el interior de uno de los buzones ubicados en la calle Mare Molas. De repente, sale el propietario del bar de delante y, con una llave, abre el contenedor, coge las cajas que han quedado atascadas en el interior del contenedor, y las dobla para que quepan mejor.

Aunque a primera hora de la mañana los buzones y sus alrededores están limpios, a medida que pasan las horas, las bolsas van acumulándose. «Los fines de semana es cuando más se llenan. La basura se acumula en la calle y es insoportable», denuncian los vecinos.

Una UTE, condenada a indemnizar Palma por el fracaso

En Palma de Mallorca, una UTE tendrá que indemnizar el Ayuntamiento con más de 24 millones de euros por el fracaso de la recogida neumática de residuos. Así lo anunció el consistorio el pasado mes de julio tras la sentencia del Tribunal Supremo. En esta ciudad, el sistema se implantó en 2002 y en 2012 se dejó de utilizar. Palma tomó esta decisión ante las constantes averías y reparaciones.  De hecho, en ‘residus.gencat.cat’, se marca como inconvenientes del sistema que «las reparaciones de averías son caras» y que su funcionamiento tiene un «alto consumo energético». Entre las ventajas: reducción de los problemas de olor y la desaparición de camiones en la calle.

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