Belén López: 'Volver a casa es retomar muchos recuerdos'

La artista (bailaora) de Bonavista regresa a tierras tarraconenses, en un recital el viernes día 20 en el Teatre La Salle de Reus (21 horas) que será puro sentimiento con Tato Romero, Adelaida Guerrero y Yoél Vargas

18 diciembre 2019 18:23 | Actualizado a 19 diciembre 2019 13:33
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Belén López (Tarragona, 1986) regresa a casa después de una larga temporada en la que ha triunfado en los mejores auditorios nacionales e internacionales. La bailaora de Bonavista, que se marchó con 10 años, se reencontrará el viernes día 20 con el calor de su público, en un recital en el Teatro La Salle de Reus (21 horas), junto a Tato Romero, Adelaida Guerrero y Yoél Vargas. Un concierto con entradas a la venta en el teléfono 647388596.

¿Cómo se siente al volver a tierras tarraconenses?
Es una alegría inmensa poder estar en mi casa otra vez y en el Teatre La Salle. Yo trabajé allí de chiquita. Imagínate lo que es para mí volver. Es retomar muchos recuerdos y que me pueda ver gente que no me ha visto porque a lo mejor es muy mayor o no ha podido trasladarse a Barcelona cuando he actuado. 

Su flamenco es muy particular. ¿Qué la impulsó a adentrarse en ritmos afrocubanos?
Mi admiración por ellos gracias a mi marido Rafael Jiménez, el Chispas, que ha trabajado con muchísimos artistas del latin jazz y de la salsa. Al descubrir estos ritmos, fue increíble poder bailarlos. Nadie se había lanzado hasta el momento en el flamenco. Se puede decir que soy la pionera. 

¿Son difíciles de combinar con el flamenco?
Sí. No es un ritmo fácil. 

¿Qué le dicen los puristas?
Nada. Tengo muchísimo respeto por el lugar en el que lo puedo hacer. Depende de si el público lo va a entender. Por ejemplo, en una gira por Estados Unidos, pero no en un tablao flamenco en Sevilla. Es una necesidad de expresar, no de exhibir.  

¿Cómo se vive el flamenco a nivel internacional?
Increíble. Creo que se quiere hasta más que aquí, en España. En Japón hay cantaores, guitarristas, bailaoras e incluso modistos de flamenco. Deberíamos educar un poquito al público que viene de nuestra casa para que sepa diferenciar cuál es el buen flamenco del que no lo es.

El de los turistas.
Exactamente. Porque el flamenco es muy difícil de ejecutar, es muy rico a nivel artístico. Es una vía de expresión para poder canalizar un montón de sentimientos. Y eso, cualquier danza no lo permite. El flamenco deja improvisar, deja un huequito para poder hablar. Es piel con piel, más caliente. Pero para poder sentirte libre bailando flamenco primero tienes que ser muy esclavo de la profesión con muchas horas de estudio. 

Usted, ¿qué quiere expresar?
Alegría, coraje, rabia, dolor. Depende de lo que sienta en cada momento. 

¿Está la mujer cambiando el flamenco?
Sí. Pero ya viene de atrás, de Carmen Amaya, cuando se puso pantalones en una época en que sí era difícil. Fue una revolución.

¿Qué supone trabajar con su propia compañía?
Di ese paso casi forzosamente con 17 años después de que un señor me estafara. Se llevaron a cabo unos ensayos, supuestamente había una fecha de estreno de un espectáculo. Pero todo era mentira. Me dejó con un vestuario entero ya en la calle y una hipoteca que sigo pagando. Pero a partir de ahí siempre he dado con gente que me quiere y yo a ellos. Somos una familia y cuando nos necesitamos colaboramos.

¿Por qué es importante el concierto de este viernes?
Porque llevo a Bonavista por bandera y los quiero ver a todos. Es una oportunidad de darles un abrazo. Vamos a pasar una noche muy bonita.

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