Carlos Emilio Montañés, de ‘la canadiense’ al ‘trole’

La historia de los Ferrocarriles de Cataluña y la idea
de un tranvía en el Camp de Tarragona vuelven a encontrarse

09 mayo 2021 16:00 | Actualizado a 09 mayo 2021 17:01
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El tren-tranvía del Camp de Tarragona va a centrar los debates sobre el futuro de la movilidad en un territorio donde la cantidad y frecuencia de las controversias en materia de infraestructuras es inversamente proporcional al de realizaciones.

El pasado mes de febrero, Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) sacó a información pública el estudio del nuevo proyecto en el tramo Cambrils-Vila-seca y la conexión con las línea férrea de Adif. El documento incluye una visión de todo el conjunto de red del tren-tram, que se completará con los tramos urbanos de Tarragona, Reus y otros ramales, actualmente en proceso de redacción. Ayuntamientos e instituciones afectadas han presentado ya sus alegaciones, que revelan las numerosas dudas que despierta el planteamiento inicial de la Generalitat.

FGC desarrolla el proyecto por encargo del Departament de Territori i Sostenibilitat y también será la empresa responsable de operar el futuro tren-tranvía. El desembarco de los ferrocarriles catalanes en el Camp de Tarragona invita a rescatar la memoria de un personaje clave en los orígenes de esta empresa: Carlos Emilio Montañés Criquillion (1877-1974). En una de esas vueltas que da la historia para volver a reencontrarse, Montañés fue también el promotor del único precedente de un tranvía entre Tarragona y Reus.

La familia paterna de Montañés procedía del Matarranya turolense y algunas semblanzas sitúan su nacimiento en Tarragona, aunque su principal biógrafo establece que nació en Barcelona. Empezó a trabajar en la Compañía de Tranvías de Barcelona, donde se convirtió en ingeniero jefe e impulsó la electrificación del servicio y la sustitución de los caballos.

Ferrocarriles de Cataluña

A partir de 1908 centró sus esfuerzos en los dos proyectos que marcarían su trayectoria: crear centrales hidroeléctricas en los afluentes pirenaicos del Ebre para suministrar electricidad a la industria barcelonesa y construir un ferrocarril que uniese Barcelona y el Vallès a través de la sierra de Collserola.

La búsqueda de financiación para la producción de energía hidroeléctrica le llevaría a contactar en 1911 con el ingeniero estadounidense Pearson. La sintonía entre ambos dio lugar al nacimiento de la Barcelona Traction, Light and Power, conocida popularmente como La Canadiense, empresa determinante en la electrificación de Catalunya y la historia socioeconómica del país.

Su otra aventura, la ferroviaria, derivó en la fundación en 1912 de la compañía Ferrocarriles de Cataluña que, tras muchas vicisitudes, constituye el embrión de los actuales Ferrocarrils de la Generalitat, empresa pública formada en 1979 con las líneas procedentes de la anterior.

Probablemente la última iniciativa empresarial de Carlos Emilio Montañés para conjugar la energía eléctrica y los medios de transporte fue la creación en 1947 de la sociedad Filovías Reus-Tarragona y Extensiones, SA (Firtesa), para obtener y explotar la concesión de una línea de trolebuses entre ambas ciudades. El célebre trole, conectado a un tendido eléctrico que discurría a lo largo de todo su recorrido, funcionó entre 1952 y 1974 y forma parte de la memoria colectiva de varias generaciones de tarraconenses y reusenses.

Firtesa

Su historia es bien conocida, pero no lo es tanto el perfil de sus propietarios. Sus principales accionistas configuran un buen retrato de la sociedad y los negocios en esa época de posguerra. Veamos quiénes eran las personas que Montañés reunió en el consejo de administración de Firtesa.

El sector tarraconense estaba formado por Agustí Pujol, director del Puerto, presidente del Nàstic, de la Federación Catalana de Fútbol y del Club Nàutic de Tarragona. Le acompañaba Lluís Sedó, propietario de la empresa textil Industrial Sedó, de la Riera de Gaià, fabricante de indumentaria y material para el Ejército. El sector reusense lo integraban Domingo Freixa, presidente de la Cámara de Comercio de Reus y exportador de vinos, y Antoni Salvat, empresario bodeguero y cuñado del entonces alcalde de Reus, Antoni Valls Julià.

Los otros dos consejeros de Firtesa eran personas vinculadas a Montañés y a sus intereses hidroeléctricos: Antonio Marín Hervás, antiguo director general de Comercio, Industria y Minas; y Ángel Bernardo Sanz Nougués, exgobernador civil de Tarragona y exdirector general de Prisiones del régimen franquista y en 1947 jefe del Sindicato Nacional de Banca y Bolsa.

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