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Hace apenas un mes, una unidad móvil de salud de la Creu Roja recorre, dos veces por semana, las calles de la ciudad. En esta ocasión, se encuentra en el barrio Sant Josep Obrer, una de las zonas detectadas por su elevado índice de consumo de drogas. De hecho, la unidad de la Creu Roja es una sala móvil para facilitar un consumo controlado a las personas drogadictas. Por lo tanto, sus funciones son idénticas a las de cualquier sala de venopunción, también conocida popularmente como ‘narcosala’.
Eduard y Marc, los dos técnicos responsables de la unidad, explican que el objetivo es reducir los riesgos derivados del consumo en plena calle y acabar con las prácticas no saludables ofreciendo un espacio higiénico y supervisado. Por ejemplo, en el caso de la zona actual, se pretende evitar el consumo cerca de las vías del tren. Pero en la sala móvil también se ofrece información y asesoramiento, se entregan alimentos y bebidas y se actúa como punto de intercambio de jeringuillas.
El Número de jeringuillas distribuidas en 2017 por ARSU (Associació Reus Som Útils) en toda la ciudad fue de 3.303. De todas ellas se recuperaron 1.730, que vendría a ser un 52%.La valoración que se hace hasta la fecha es muy positiva, ya que «hemos podido comprobar que existía una necesidad real del servicio», manifiestan sus responsables. La Creu Roja está presente en la capital del Baix Camp todos los martes por la mañana (de 10:30 a 14:30h) y los jueves por la tarde (de 16 a 20h) y su intención es la de convertirse en un punto itinerante en función de las zonas de consumo que se vayan detectando.
Las líneas de trabajo
La puesta en marcha del nuevo servicio de la Creu Roja surge como complemento a la labor que realiza desde hace muchos años el Servei d’Addiccions i Salut Mental del Hospital Sant Joan. Antoni Llort, del área d’Intervenció de Salut Comunitària i Pla d’Accions sobre Drogues, explica que trabajan en tres líneas concretas.
La ciudad está preparada para ofrecer un servicio de 24 horas a la persona drogadictaÉstas serían, en primer lugar, la prevención ante posibles nuevos casos de consumo. Según los últimos datos que se conocen a raíz del informe anual sobre drogodependencias en Catalunya 2017, en la ciudad se iniciaron 495 nuevos tratamientos. Principalmente en consumidores de cocaína (127 personas), alcohol (209) y heroína (57).
Después está tanto el estudio de las sustancias y la puesta en marcha de aquellas herramientas para reducir el daño o los riesgos asociados al consumo, como sería el punto de la Creu Roja o las propias dependencias del Servei d’Addiccions del Sant Joan. Pero también el servicio que se ofrece en Urgencias, las máquinas expendedoras de intercambio de jeringuillas o las labores que desarrolla ARSU (Associació Reus Som Útils) y el espacio de La Illeta. En total, un conjunto de cinco puntos que permiten cubrir las 24 horas del día.
El propio informe anual de 2017 recoge que desde ARSU se distribuyeron el año pasado 3.303 jeringuillas, de las cuales fueron recuperadas 1.730, lo que vendría a ser un 52%. Unos datos que Antoni Llort considera positivos, al igual que las del descenso en los casos de enfermedades asociadas al consumo como el VIH o la Hepatitis C.
Buena parte de estos resultados, apunta él mismo, se han logrado gracias al trabajo de ARSU, La Illeta y el Servei d’Addiccions del Hospital y a los programas de prevención y reducción de riesgos.
En tercer y último lugar, está el proceso de reinserción que se articula desde el propio Servei d’Addiccions del Hospital de Reus.
Pla Local de Salut
Hace unas semanas, el pleno del Ayuntamiento de Reus aprobaba el nuevo Pla Local de Salut. Un estudio realizado por un amplio número de agentes de campos distintos y que también incluye un apartado destinado al sector de las drogas. Precisamente, en él se aprecia una acentuada reducción en la distribución de jeringuillas en los últimos seis años. Y es que, mientras en el año 2011 el Programa d’Intercanci de Xeringues repartían 9.700 kits de consumo, el año pasado fueron 3.425.
