De la persecución política a las trabas burocráticas

Johnny Landy López, de Venezuela pero con nacionalidad española, llegó a Reus en 2020. Ha tenido dificultades para el padrón

13 marzo 2021 08:32 | Actualizado a 14 marzo 2021 08:36
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Johnny Landy López ha conseguido empadronarse en Reus. Ha recibido ya el certificado, pero ha sido un camino duro. Nacido en Venezuela, pero con nacionalidad española –dado que su familia procedía de las Islas Canarias–, en diciembre llegó a Catalunya repatriado por la difícil situación de persecución política que sufrió en Venezuela. «Caí aquí como en paracaídas y me encontré sin absolutamente nada y con muchas dificultades para poder empadronarme, un derecho que es la base para poder disponer de DNI, trabajar y tener acceso a la sanidad», explica Johnny, que ahora empieza a ver la luz. Y es que justamente esta semana ha recibido la cartilla de empadronamiento tras muchas negativas y, ayer, el certificado definitivo.

Es graduado en Enfermería y, en su país de origen, trabajó tanto en el sector privado como en el público. Cuenta que se exigía a los empleados públicos posicionarse a favor del Gobierno, «pero me declaré apolítico y es cuando empiezan a presionarme y a hacer persecución política, diciendo que soy escuálido [que en Venezuela se usa para denominar a los contrarios a Hugo Chávez, presidente del país entre 1999 y 2013] o recibiendo mensajes  anónimos amenazantes». La gota que colmó el vaso fue cuando recibió un mensaje con el nombre y la fecha de nacimiento de sus hijos. «Fue entonces cuando mi mujer y los niños se fueron a Colombia y, cuando pude, fui yo».

En el país colombiano, Johnny vivió durante cuatro años. Pero la experiencia no tuvo nada que ver con las expectativas. «Nos encontramos con un país profundamente xenófobo, del punto de entrar en una tienda o un restaurante y ser ignorado, diciéndome ‘es que eres veneco’ [término despectivo utilizado en Colombia para tratar a personas originarias de Venezuela]», recuerda. Ante tal discriminación, Johnny recurrió a la embajada española de Colombia y lo ayudaron en la repatriación. El 18 de diciembre de 2020 llegó al Aeropuerto de Barcelona, dejando su familia en Colombia, y con destino final Reus, «porque a través de grupos en redes sociales encontré a una persona residente en la capital del Baix Camp diciendo que me ayudaría». No obstante, no se encontró con el tipo de ayuda que él necesitaba, «porque no es que me acogiera, sino que me metió en una habitación alquilada de la que pedían mucho dinero». Finalmente, encontró una alternativa habitacional, pero necesitaba trabajar para poder tener ingresos y, para ello, era necesario estar empadronado.

Fue aquí donde empezó su otra gran lucha, «y es que estaba atado por un obstáculo». Explica que en reiteradas ocasiones fue al Ayuntamiento para poder empadronarse, «pero me decían que estar de alquiler en una habitación no era válido, que tenía que arrendar, en todo caso, un piso». No obstante, justamente esta semana, explica que ha recibido finalmente la cartilla de empadronamiento, «la firmé y la entregué al Ayuntamiento, como me indicaban. Justamente este jueves recibí el certificado de empadronamiento». Cuenta que si ha conseguido el padrón es gracias a la ayuda del propietario del piso en el cual se encuentra actualmente. «Creo que Dios ha puesto ángeles en mi camino», dice. Ahora, su objetivo es establecerse laboralmente y conseguir una vivienda.

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