De las sirenas a las residencias

Viernes de Dolores, vigésimo día de confinamiento. Salgo para hacer la compra semanal tras varios días de clausura y me invade una sensación de desnudez. Todas las primeras personas con las que me cruzo llevan mascarilla, y yo voy a cara descubierta. Afortunadamente, al llegar al supermercado coincido con otros exhibicionistas. Al llegar a casa me entero de que Protecció Civil recomienda ahora utilizar mascarilla o cualquier protección que tape la boca y la nariz para ir a comprar.

Resulta llamativo que una recomendación de este tipo provenga del Departament d’Interior –del que depende Protecció Civil– y no del de Salut. En el Telenotícies, Ariadna Oltra pregunta al doctor Guix, secretario de Salut Pública, si su conselleria también es partidaria de promover esta medida. Tras varios circunloquios de Guix sobre el uso de mascarillas y repreguntas de Oltra, saco la conclusión de que Salut (ERC) evita hacer suya a la recomendación de Interior (JxCAT). No parece que la comunicación entre ambos departamentos sea lo fluida que debiera.

Después leo que el conseller de Treball i Afers Socials, Chakir el Homrani (ERC), se siente «frustrado» por las críticas del presidente de la Generalitat, Quim Torra (JxCAT) –las siglas tampoco coinciden esta vez–, respecto a la gestión comunicativa de la mortandad en las residencias de ancianos de Catalunya. Torra dijo que no habían sido suficientemente cuidadosos ni diligentes a la hora de informar a la población sobre la situación en los geriátricos. Si con más de 500 internados muertos la principal autocrítica es sobre comunicación, apaga y vámonos.

Torra tiene una peculiar idea de la gestión comunicativa de los desastres cuando no le llega con el argumento de que todo es culpa de Madrid. Recordemos que aún es hora de que Torra y el conseller Buch asuman algún fallo en el funcionamiento del Plaseqcat durante la tragedia de Iqoxe. Así pues, cabe suponer que con las residencias de ancianos habrá pasado algo similar que con las sirenas de Tarragona.