Del Bronx a Reus: los amos del ‘freestyle’

La escuela de danza Artis organizó batallas de ‘hip hop’ y ‘popping’ con 170 participantes de todas las edades

26 febrero 2018 09:15 | Actualizado a 26 febrero 2018 09:30
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Reus se convirtió este fin de semana en la capital del freestyle. Las danzas urbanas nacidas en el Bronx, en Estados Unidos, llegaron con mucha fuerza ayer en la capital del Baix Camp. La escuela de danza y artes escénicas Artis celebró por cuarto año consecutivo el certamen ‘Feel the soul’, una gran batalla freestyle entre los más de 170 bailarines de todas las edades. «Tuvimos que limitar las inscripciones debido al gran éxito de participación en esta edición», explica Pilar Sanz, directora de la escuela Artis. 

Durante todo el día los inscritos tuvieron tan solo un minuto para demostrarle al jurado, formado por los bailarines Nelson (Francia) o Majid (Alemania), que merecían clasificarse para las battles, las batallas de hip hop y popping, las dos modalidades en las que se podía competir. 

Según Pilar Sanz, para bailar hip hop a parte de tener «musicalidad», una cualidad que se les presupone a todos los bailarines, es imprescindible «tener muchas ganas, entrenar mucho y saber comunicarte con el público». «El hip hop y el popping son danzas urbanas que han salido de la calle pero al final se han ido tecnificando. El popping es una especialidad dentro del hip hop, es un poco ese movimiento robótico. Es curioso porque dentro del popping hay mucha gente buenísima que tan solo practica este estilo pero después no saben bailar nada más», apunta la directora de la escuela. 

«Para bailar ‘hip hop’ tienes que tener muchas ganas y saberte comunicar con el público»

Tanto en las fases de selección como en las battles los bailarines actuaron improvisando. De la música del evento se encargó el pequeño de la familia de bailarines Fruitós-Sánchez, el dj Be Nil ( Save the Cheerleader). «No sabes que música vendrá en cada momento. Por eso la musicalidad es tan importante. Y luego ya, depende de la música que te toque tendrás más o menos facilidad pero la tendrás que seguir», apunta Sanz. 

Dani De Bree, un joven salouense de 16 años que participó por cuarto año consecutivo en el certamen en las dos modalidades, la de hip hop y popping, explica que para ir a una competición así  tiene algunos pasos «predefinidos» que puedan ayudarle en algún momento dado si «no sabes que hacer». Aún así, asegura que la base de todo es entrenar mucho. Una visión que también comparte Núria Pola, una joven de 15 años que viajó de Vigo (Galicia) a Reus para participar en las batallas de improvisación: «Normalmente solemos entrenar mucho en nuestra escuela, en casa o viendo vídeos, que también te pueden servir para aprender mucho», dice. 

Una vez acabadas las fases de selección, los speakers Sergi Llussà y Drian Hernández dieron a conocer los clasificados para las batallas, un total de ocho bailarines en cada categoría, kids, junior y adultos. Según la directora de la escuela Artis, el jurado se fija «en la técnica, lo que transmiten al público, el estilo, como tú presentas esta especialidad y como ya hemos dicho, la musicalidad», y es que «una vez saben la técnica, cada uno individualiza su estilo, y se diferencia de los otros en la manera de bailar». 

Las battles comenzaron por la categoría infantil, que aunque les falte técnica en comparación con los adultos, su actitud fue del todo implacable: transmitían sensación de absoluta seguridad haciéndole saber al público que ellos también mandan en la pista. Los participantes competían de uno en uno, cada vez enfrente de un contrincante. Tenían un minuto para presentar sus bailes. Si ninguno de los dos quería empezar, una miembro del jurado se encargaba de decidirlo por ellos haciendo girar una botella. A quién señalaba el tapón, le tocaba comenzar. Aunque la tensión entre ellos se podía palpar en el aire había mucho respeto para el rival. Se pudieron ver pequeñas provocaciones de algunos bailarines que hacían sacar una pequeña sonrisa al contrincante, si aún no le había tocado bailar, claro. «Para mi es mejor ser la segunda porqué puedes contestarle mejor al otro. Hay gente que se pone nerviosa y piden salir primeros», explica la bailarina Núria Pola. 

«Me suelo guardar pequeños toques para el final. No lo enseño todo desde el principio»

En las semifinales y las finales los bailarines tenían dos minutos cada uno para desafiarse mútuamente, momento en que el público también estaba más entregado y es que el nivel mejoraba por momentos. Se podían ver pasos más elaborados e impresionantes. Según Núria en las battles los bailarines siempre suelen guardarse pequeños «toques» para el final, «no puedes enseñar todo tu arsenal» en las primeras fases. La estrategia también es importante. 

En el ‘Feel the soul’ participaron bailarines venidos de todas partes del mundo, desde Galicia, Madrid, Francia o Taiwan. Los ganadores de la categoría de adultos recibieron un premio de 150€ y un lote de productos valorado en 1.000€ de la perfumería Júlia. En las categorías kids y junior se regaló un lote de productos de los patrocinadores del evento. 

Durante el sábado, como previa, también se organizaron diferentes workshops en la escuela Artis a cargo del jurado de las batallas de freestyle, Nelson y Majid, reconocidos a nivel internacional dentro del ámbito de las danzas urbanas. 

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