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En la madrugada del pasado domingo, agentes de paisano de la Guàrdia Urbana de Reus comprobaron la apertura y el buen funcionamiento de los negocios dedicados al ocio nocturno de la ciudad.
Una de las supervisiones se llevaba a cabo en las salas de baile o discotecas, puesto que el espacio no puede usarse para este fin en la fase 3 de la desescalada.
La Guàrdia Urbana levantó acta a una de las discotecas más famosas de la ciudad y que antes de la pandemia era lugar de encuentro de decenas e incluso cientos de personas de Reus y de municipios vecinos.
Los agentes locales querían comprobar si el local del paseo Mata cumplía con las medidas de seguridad sanitaria que establece el Estado dentro de esta etapa de la desescalada.
La sorpresa llegó cuando los agentes vieron a gente bailando en las dos pistas, una actividad que todavía está prohibida. El BOE establece que "cuando existiera en el local un espacio destinado a pista de baile o similar, el mismo podrá ser utilizado para instalar mesas o agrupaciones de mesas, no pudiendo dedicarse dicho espacio a su uso habitual».
Los agentes reclamaron la presencia del titular del negocio y le recordaron que las dos pistas de baile debían clausurarse de forma inmediata. En el momento de la llegada de los agentes había un gran número de personas bailando de las casi 250 que estaban dentro del recinto.
La música se apagó y por altavoz se pidió a los que estaban en la pista que la desalojaran, ya que la actividad está prohibida. Tras inhabilitar estos espacios, los agentes denunciaron el local por incumplimiento de la medida. Se levantó el acta pasada la una de la madrugada.
Fuentes de la Guàrdia Urbana admiten que durante el fin de semana ha habido numerosas llamadas vecinales de quejas de ruido que han coincidido con la actividad de los locales de ocio.
Las inspecciones llevadas a cabo han destapado algunas irregularidades administrativas que se han denunciado el uso de música en locales que tienen licencia de restaurantes y no de bar musical y también el exceso de clientela en lugares de ocio como la Plaça del Castell que entre los viandantes y las terrazas no había espacio de seguridad sanitario, admiten fuentes de la Guàrdia Urbana de Reus.
