Educación emocional, el bienestar de los niños

Hábitos. Vivimos una época en que los pequeños sufren estrés y ansiedad por errores básicos en su aprendizaje

12 febrero 2019 11:38 | Actualizado a 12 febrero 2019 11:43
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Todos los padres y madres creen que educan bien a sus hijos. Les intentan dar lo mejor, llenarles de amor y que aprendan muchas cosas para su porvenir. Pero sin querer se suele caer en errores que no ayudan al desarrollo emocional del niño. La sobreprotección, la presión en exceso por las notas, la sobrecarga de actividades o el poco tiempo para el juego y la imaginación son algunos de los malos hábitos que los padres imponen a sus hijos. 

«En 34 años que llevo trabajando con infantes, nunca antes habíamos visto tantos niños con tanta falta de autoestima, desconfianza, miedos, inseguridades, nerviosos, ansiedad o estrés como ahora. Por eso hacemos estas conferencias para intentar llegar al máximo número de docentes».

Esta es la voz de Cristina Gutiérrez, directora de la Granja, Ability Training Center que ha impulsado el Emotour, un ciclo de conferencias destinadas a maestros y profesores con el fin de hacer llegar la educación emocional a todos los rincones de Catalunya. Recientemente han estado en la Sala Santa Llúcia de Reus ante la atención de más de 200 docentes.

Según explica Gutiérrez, hay tres motivos que explican la inestabilidad emocional de los pequeños. El primero es la sobreprotección: «Los padres preguntan los deberes por el Whatsapp y eso debe ser responsabilidad del niño. También vemos padres que les dicen cuándo tienen que pasar el balón en el fútbol. Esto hace que luego no sepan decidir por ellos mismos. El mensaje que le damos al niño es: ya lo hago yo porque tú no puedes. Entonces se sienten inútiles».

La segunda gran razón es la velocidad a la que vamos en nuestro día a día. «Vamos tan acelerados y ocupados -cuenta Gutiérrez- que no vemos lo que nos quiere decir el niño que tenemos delante. En la salida del cole vemos como los padres recogen a los niños con prisas para alguna actividad extraescolar. Ellos necesitan ser escuchados. No pueden tener fe en alguien que ni los mira, ni les escucha».

El tercer motivo es el síndrome de familia perfecta, una imagen que en la actualidad tenemos más viva que nunca con una imposición continua a través de las redes sociales. «La perfección como humanos no existe y las redes sociales no nos ayudan a entenderlo. La gente se expone en una imagen idílica que no es real. Esto genera una presión tanto en adultos como niños, y después los profesores se encuentran con alumnos que no han tenido ningún tipo de educación emocional».

La sobreprotección, vivir acelerados o el síndrome de familia perfecta, afectan negativamente

¿Cómo afecta la educación emocional en el aula? Este es otro punto clave, no sólo en el rendimiento escolar, también a la hora de relacionarse con otros niños: «Los profesores se encuentran con alumnos con carencias emocionales. Si no te sientes bien contigo mismo, como vas a tener éxito escolar», apunta la directora de la Granja.

«Este método educativo está demostrado científicamente por el Grup de Recerca i Orientació Pedagògica de la Universitat de Barcelona, en un estudio con 132 niños de entre 8 y 14 años, que después de su paso por la Granja han aumentado su educación emocional y se sienten más tranquilos». 

Desde hace 12 años, la Granja se organiza colonias en la naturaleza, donde aparte de enseñar materias básicas, también se trabaja la educación emocional, como miedos, rabia, estrés, de los niños y niñas. Cada año trabajan con 18.000 infantes desde P3 a 4º de ESO; así han constatado sus problemas emocionales y el efecto de su método educativo.

«La raíz del problema está en el hogar -dice Gutiérrez-. Es igual o más importante educar a los padres que a los profesores, ya que es un entrenamiento para la vida». 

Hay que enseñarle a un niño para qué sirve la tristeza. Muchos profesores son los primeros interesados en trabajar la educación emocional. Se han dado cuenta que es importante que los alumnos entiendan y sepan gestionar sus emociones. De esta manera, acompañarles y enseñarles a superar sus miedos y emociones acabará siendo tan importante como enseñar ortografía, verbos o el ciclo del agua.

Desde la Granja también realizan otros proyectos en los que la educación emocional de los niños es vital. Uno de ellos es en el área de neurofibromatosis del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, ya que sus pequeños pacientes no pueden ir muchos días a la escuela porque están en el hospital. 

Otra iniciativa, es la de la Masia del FC Barcelona: los chicos que entran en el fútbol base del Barça tienen una presión muy grande. Hay que hacerles entender que pueden perder su gran sueño de llegar al primer equipo sin que suponga un dramón. De esta manera, viven y disfrutan de su hobby sin tantas presiones.

Conferencias para docentes por toda Catalunya

Emotour, el ciclo de conferencias organizado por la Granja Escola para hablar a profesores, maestros y educadores sobre la importancia de la educación emocional, ha pasado por siete ciudades de Catalunya como Reus, Barcelona, Girona, Granollers, Manresa o Lleida y Andorra, llegando a más de 1.500 docentes.

En las charlas han participado como ponentes, Eva Bach, pedagoga y escritora, Montse Jiménez, profesora de secundaria y formadora.  Jordi Amenós, terapeuta y formador en creatividad.  Laia Casas, maestra experta en neurociencia y Cristina Gutiérrez, educadora emocional y directora de La Granja.

Entre sus contenidos han explicado cómo introducir la educación emocional en el aula para entrenar a los niños para la vida; la neurociencia para transformar la educación; motivos por los que los maestros tienen que tener en cuenta la emociones para ser referentes de sus alumnos; y de dónde vienen las ideas para potenciar y entender la creatividad. 

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