Dos mujeres árabes entraron el miércoles a media mañana en el Ayuntamiento de Reus, situado en la plaza del Mercadal. Ambas iban vestidas con niqab, la prenda que cubre completamente el rostro de la mujer, a excepción de los ojos, impidiendo una identificación de la misma.
El vigilante de seguridad del edificio consistorial llamó a la Guàrdia Urbana para alertar que las dos mujeres discutían con la funcionaria porque no querían sacarse la prenda, mientras que el trabajador municipal les explicaba que en este tipo de casos la ordenanza de civismo de la ciudad obliga a que las personas se identifiquen sin ninguna prenda que tape la cara.
Las mujeres se negaron a quitarse el niqaby querían hacer la gestión. Por ello, el vigilante pidió la mediación de la Guàrdia Urbana. La agente explicó a las dos mujeres que la ordenanza permite que el burka o el niqab se lleven en la vía pública (el Ayuntamiento retocó la ordenanza tras una setencia del TSJCat), pero que había excepciones como aquella.
Las mujeres se negaron a mostrar su rostro. Se levantaron y se marcharon del Ayuntamiento sin hacer el trámite por el que habían acudido.