El Baix Camp reducirá el agua residual vertida en rieras con cinco nuevas depuradoras

Un convenio entre el ACA y el Consell Comarcal impulsa la construcción de plantas en núcleos que no disponen de tratamiento. Todavía quedarán municipios pendientes

27 julio 2021 19:40 | Actualizado a 28 julio 2021 05:28
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En municipios pequeños, el saneamiento y depuración de aguas residuales antes de ser vertidas a rías y rieras es, a día de hoy, todavía una tarea pendiente. «Los residuos se vierten directamente al río. Sucede a todos los pueblos que no tenemos depuradora, y no nos da vergüenza admitirlo porque es una cuestión que corresponde a la Agència Catalana de l’Aigua (ACA), no a los pueblos o micropueblos», comenta el alcalde de Capafonts, Eloi Borràs. Este es uno de la decena de municipios de la comarca del Baix Camp que actualmente no disponen de Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR).

No obstante, ahora se ha empezado a avanzar para solventar esta cuestión: se ha aprobado un convenio entre el ACA y el Consell Comarcal del Baix Camp para construir cinco nuevas EDAR en la comarca. Se trata de tres municipios: Maspujols, Vilanova d’Escornalbou y Pratdip; y dos núcleos: Les Irles (en Riudecols) y Montclar (en Riudecanyes). Según fuentes consultadas del Consell Comarcal del Baix Camp, con dicho convenio, el ACA delega la redacción de los cinco proyectos al ente supramunicipal. En total, la Agència Catalana de l’Aigua destinará un importe de 225.500 euros. El siguiente paso será que el Consell Comarcal inicie la licitación para la redacción de los proyectos, la base para que, posteriormente, las cinco depuradoras sean una realidad.

«Estamos en el siglo XXI y esto tiene que solucionarse», comenta el alcalde de Riudecanyes, Ernest Roigé. El municipio dispone de EDAR desde 2002, pero el núcleo de Montclar no dispone de depuradora, por lo que, como en todos los municipios que no realizan tratamiento, las aguas residuales pasan por una balsa de decantación. Esto sólo permite retener los sólidos. «Lo hemos luchado durante dos años, aunque hace 40 que existe la urbanización, así que vamos tarde», señala Roigé. Comenta que mantuvieron una reunión con el ACA, un primer contacto que, finalmente, ha terminado con el compromiso, y ahora el acuerdo definitivo, para que Montclar tenga su propia estación depuradora, que será gestionada por el Consell Comarcal.

Igual de satisfechos se muestran desde Riudecols, de donde forma parte el núcleo de Les Irles. La alcaldesa, Beatriz Mayordomo, valora muy positivamente el convenio alcanzado. «El coste de una depuradora es muy elevado. Después también se tiene que gestionar... La subvención nos permitirá poder cumplir una parte de nuestro programa, mejorar el núcleo de Les Irles y, por otro lado, reinvertir las cantidades económicas a otras acciones también importantes», explica Mayordomo.

En Capafonts, ecológicamente

Más allá de este acuerdo alcanzado entre el ACA y el Consell Comarcal del Baix Camp, que permitirá poner al día a cinco núcleos, otros pueblos ya cuentan también con el compromiso de avanzar en el tratamiento de las aguas residuales. Es el caso de Capafonts. Este pequeño municipio ubicado en las Muntanyes de Prades vierte las aguas residuales al río Brugent, pero su alcalde, Eloi Borràs, comenta que desde el inicio del mandato han trabajado duro para solucionar esta problemática. «Ahora, tras conseguir el compromiso de que en 2022 se redacte el proyecto, lo que pedimos es celeridad a la administración, porque cada día que pasa son residuos que se vierten directamente a nuestro río», exclama con preocupación.

En su caso, han optado por la depuración ecológica del agua a través de un proceso sostenible y respetuoso con el medioambiente ya en funcionamiento en otros municipios, como es el caso de Bellprat. Borràs explica que, primeramente, se asesoraron de cuál sería la mejor opción para el municipio, con cerca de un centenar de habitantes. Tras visitar algunos casos en los que ya se usaba este tratamiento ecológico, «apostamos por ello. Lo vimos conveniente dado la población de nuestro pueblo y porque es un modelo más respetuoso con el entorno». Como comenta el alcalde de Capafonts, con este tipo de tratamiento, por un lado, no se necesitan motores para realizar el proceso, «por lo que ahorraremos en electricidad». Po otro lado, el proceso consiste en un prefiltro de sólidos, que va seguido de fosas con vegetación y gravas que absorben los residuos nocivos. El agua resultante es limpia y se puede verter al río.

GEPEC pide el terciario

El Grup d’Estudi i Protecció dels Ecosistemes Catalans (GEPEC) aplaude que se empiece a avanzar con la futura implantación de depuradoras, aunque recuerdan: «Vamos tarde». Andreu Escolà, miembro del GEPEC, recuerda que este tipo de vertidos son nocivos: «Se filtran en el subsuelo y se contaminan los pozos. A pesar de todo, Escolà pide ir más allá, «porque esto no es suficiente», subraya. Concretamente, lo que ve necesario es que las depuradoras incluyan el terciario, el tratamiento que permite reutilizar el agua de la estación depuradora para regar y, si se hace un tratamiento previo, también se podría usar en la industria. Esto evita extraer recursos del medio, por lo que el GEPEC apuesta por ello.

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