El COS de Reus se despide mirando al cielo

Pendientes del tiempo. El Festival sufrió cambios de programación por la lluvia

21 octubre 2019 09:37 | Actualizado a 21 octubre 2019 09:47
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La jornada debía comenzar a mediodía, pero siguiendo la tónica semanal, el COS  (Festival Interanacional de Moviment i Teatre Gestual) no pudo ceñirse a su programación: esta vez a causa de la meteorología. 

Las nubes hicieron su aparición pocos minutos antes de las 13h, cuando estaba prevista la actuación de Agnes Sales y Héctor Plaza en la Plaça d’Evarist Fàbregas y los responsables decidieron aplazarla a la tarde, esperando que la lluvia se despejase.  

Con un cielo gris, a las 18h, los dos bailarines por fin pudieron presentar Ehiza ante un público respetuoso y atento, formado en su mayoría por gente joven y familias con pequeños. 

La gimnasta Agnes Sales, campeona en barra de equilibro y suelo, y su compañero bailarín Héctor Plaza, lucharon cuerpo a cuerpo en la Plaça Llibertat con Ehiza. Un espectáculo que representa la lucha de poderes y que muestra bellos movimientos de danza contemporánea. Premio Residencia en el Centro de Creación Graner y mención Especial en el Festival Hop 2015, expone una persecución constante. Depredador y presa, con un cambio de rol continuo entre ambos artistas, donde todas sus emociones se expresan con movimientos corporales fluidos, ágiles y cómplices a la vez. 

Aunque se pudieses apreciar poco en Ehiza, Sales y Plaza también están especializados en hip hop y break dance, además de en danza moderna.

 

 

 

Sinestesia y respeto


Tras ellos, la Plaça Llibertat se transformó en un escenario apocalíptico, con la entrada de los Iron Skulls Co y su espectáculo Sinestesia
Los más de 200 asistentes enmudecieron nuevamente al ver entrar en escena a los seis bailarines. Atuendos verde militar, botas de uniforme, prendas roídas y máscaras de gas. Adrián Vega, Diego Garrido, Facundo Martín, Luis A Muñoz, Moisés (Moe) y de nuevo Héctor Plaza (Buba) se adentraron en un viaje hacia un mundo más seguro. 

 

 

Sinestesia es la percepción conjunta o la interferencia de varios tipos de sensaciones de diferentes sentidos en un mismo acto perceptivo. Durante treinta minutos la compañía barcelonesa revela, con sus gestos y movimientos que van del hip hop a la danza experimental y contemporánea a las acrobacias y construcciones humanas, el dolor y la incomodidad de ese mundo alejado de la vida. Un show que ellos denominan dance-theatre, premiado tanto por la crítica como por el público.

Sorprendente la respuesta de los asistentes, quienes no dudaron en sacar el móvil, quién sabe si para guardar un recuerdo, si por el gusanillo de la danza o quizá, por subir un nuevo vídeo a sus redes sociales. No obstante, no cabe duda que les llamó la atención y les atrapó hasta el final del espectáculo, donde los seis bailarines desaparecen entre ellos. 

El silencio del público en un espacio que permite a los asistentes moverse con libertad, fue una de las constantes de las actuaciones. Acostumbrado a espectáculos artísticos y de cultura, atendían con interés, incluso los niños, aunque a alguno se le escapó algún comentario: «mira, mira, que venen els monstres!» al ver moverse a los Iron Skulls Co con sus máscaras de gas. 

Niños que, más allá de estos días, puede ver y vivir el arte gracias a festivales como el COS. 

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