El Cafè de Reus, a un paso de su reapertura

Un nuevo operador se hará cargo del local de la calle Metge Fortuny tras acordar con el Ayuntamiento hacerse cargo de la deuda del anterior inquilino. Podría abrir de nuevo tras el verano 

07 julio 2017 10:34 | Actualizado a 28 noviembre 2017 13:34
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El Cafè de Reus està a un paso de su reapertura. El pleno del Ayuntamiento de Reus aprobó este jueves autorizar el traspaso del contrato de alquiler a un nuevo operador interesado en explotar los dos inmuebles de la calle Metge Fortuny que durante años han albergado el histórico café.

Según explicó el concejal de Hisenda, Joaquim Enrech, se ha alcanzado un principio de acuerdo con los nuevos inquilinos para mantener las mismas condiciones contractuales que sus antecesores y que, además, se hagan cargo de la deuda acumulada. Una vez ingresada esta cantidad, unos 30.000€, y de haber formalizado la escritura ya podrían entrar a trabajar. A día de hoy todavía se desconocen los aspectos del nuevo proyecto, aunque todo apunta a que el establecimiento podría reabrir después del verano.

El contrato se remonta al 1982 y contempla un alquiler de unos 2.000€ mensuales

La situación referente al Cafè de Reus ha dado un giro radical. Hace apenas unas semanas, el consistorio aprobaba en sesión plenaria emprender acciones judiciales contra los actuales propietarios por el impago de distintas mensualidades. Una medida de presión surgida por la voluntad del consistorio "de recuperar" un local que lleva cerrado y con el cartel de traspaso desde el pasado mes de enero. Un proceso de desnonamiento que se ha detenido tras la aparición del operador interesado.

El Cafè de Reus está integrado al edificio consistorial y ocupa los bajos y primer puso del inmueble número 1 de la calle Metge Fortuny y de los bajos del número 3 de la misma calle. El actual alquiler, que se mantendrá sin apenas modificaciones, es de 1982 y cuesta unos 2.000€ al mes. Una de las cláusulas que variará es la respectiva al tiempo de duración del contrato. Éste será de 10 años con la opción de aplicar una prórroga de cinco años más según la voluntad del inquilino. A partir de entonces, el contrato se tendría que revisar año tras año. 

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