El Gaudí Centre de Reus, en proceso de replanteamiento y renovación

Es la puerta de entrada a una ciudad que alberga otros tesoros, como el patrimonio industrial o el comercio

10 enero 2021 07:50 | Actualizado a 14 enero 2021 08:59
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El modernismo es la puerta de entrada a la ciudad de Reus. Como destaca la concejala de Promoció de Ciutat, Montserrat Caelles, «somos la segunda ciudad de Catalunya más importante en cuestión de patrimonio modernista». Con Casa Navàs –presidiendo la plaza del Mercadal– como joya de la corona, la capital del Baix Camp ha evocado sus esfuerzos, sobre todo en los últimos años, en conservar, explicar y promocionar este estilo arquitectónico y artístico tan presente en sus calles, con representaciones en el mundo industrial (Estació Enològica); sanitario (Pavelló dels Distingits de l’Institut Pere Mata); y comercial con el caso de Casa Navàs, a la vez que también es ejemplo de vivienda y con el valor añadido de ser la única casa modernista de Europa que conserva en su interior el mobiliario original.

Todo este movimiento artístico no se entendería sin la figura del arquitecto local Antoni Gaudí, del cual Reus hace bandera a través del Gaudí Centre, el centro de interpretación de la vida y obra del artista. Se podría decir, por lo tanto, que el Gaudí Centre es el punto de partida para conocer el modernismo, y no solo eso, sino la ciudad de Reus.

Entró en funcionamiento en mayo de 2007, «y se trata de un modelo de éxito», remarca Caelles. En 13 años (entre 2007 y 2019), 801.603 personas han pasado por el centro. Pero, ahora, el Gaudí Centre está inmerso en un proceso de replanteamiento y renovación total. Este es el siguiente paso que la ciudad da para seguir promocionando y reforzando el relato del Reus modernista, después que en 1997 se hiciera una acción de identificación y catalogación de todos los edificios modernistas –creando la Ruta Modernista– y que en 2018 se iniciasen las visitas guiadas.

«Es un proyecto que ahora mismo se está gestando. Pero la idea es, además de seguir poniendo en valor el patrimonio artístico y modernista de la ciudad, ir más allá y también reivindicar la parte más inmaterial de la historia y los sucesos que se produjeron en la ciudad y que provocaron que se diera una eclosión de edificios modernistas», detalla Caelles, quien subraya que «no se dio por casualidad, sino que fue fruto de un dinamismo social, económico y político». En el mismo proyecto, previsto en el plan de inversiones del Ayuntamiento, también se prevé identificar espacios que puedan ser también visitables. «Nos hubiera gustado ir más rápidos, pero 2020 ha sido un año complicado y las prioridades se han visto modificadas», recuerda la concejala.

De esta manera, Reus avanza en la promoción de lo que sería el principal atractivo de la ciudad, pero no el único. Como destaca el concejal de Cultura, Daniel Recasens, «la belleza tiene que entrar por los ojos, y tenemos las suerte de tener una herencia modernista que nos permite invitar a ver mucho más allá». O con otras palabras: «El modernismo es la puerta de entrada al valor patrimonial de la ciudad», según el mismo concejal.

El director del Museu de Reus, Marc Ferran, añade que arquitectónicamente, el modernismo es lo que más destaca, «porque, más allá de ser espectacular, responde a una época brillante de la ciudad. Pero en Reus también hay otro tipo de patrimonio, como es el industrial. No es tan lucido, pero responde a una de las actividades más importantes de la ciudad y que ha hecho que Reus sea como es ahora». Se enmarca en esta categoría la Bòbila Sugranyes, testimonio de la actividad productiva e industrial relacionada con la construcción entre los siglos XIX y XX. El espacio ha sido restaurado y recuperado y cuenta con un espacio expositivo de interpretación sobre la cerámica. También varias chimeneas siguen todavía actualmente en pie, recordando este pasado industrial de Reus. «En esta línea sí que falta hacer más trabajo para intentar conservar o, al menos, tener aquellos elementos que nos recuerden que esto existió en la ciudad», detalla Ferran.

El director del Museu de Reus añade otro elemento patrimonial de interés de la ciudad: el refugio antiaéreo de La Patacada, «un espacio que, seguramente por la temática y la parte emocional, ha funcionado y funciona muy bien». ¿Habría la posibilidad de crecer en una línea basada en la Guerra Civil? Marc Ferran señala que hay otros refugios localizados en la ciudad, «pero son espacios con problemas de conservación». Pone como ejemplo el de la plaza Mercadal, que sufre filtraciones, por lo que, si en algún momento se planteara abrirlo al público, previamente se tendrían que solventar estos problemas.

«Al final, la cuestión es definir qué parte de la historia queremos explicar. El modernismo, por ejemplo, es una identificación muy concreta de un determinado momento, un punto de la historia. Hay en marcha un plan museístico y un plan estratégico del propio museo para plantearnos, como ciudad, qué valor damos al patrimonio», relata el concejal de Cultura, Daniel Recasens. Según detalla, la idea es que la ciudadanía vuelva al Museu «y poderles explicar qué tenemos, qué no, porqué lo valoramos como lo hacemos... Esto es en lo que estamos más centrados».

Patrimonio inmaterial

Daniel Recasens no se olvida, tampoco, del gran valor patrimonial inmaterial que Reus tiene con, por ejemplo, la Festa Major. También la concejala de Promoció de Ciutat, Montserrat Caelles, destaca «la gran actividad cultural, de artes escénicas, circo, la cultura popular, la capacidad de asociacionismo... Es una parte de la promoción turística de futuro muy importante». Pensando también en el turista del futuro, Caelles subraya que cada vez se valora y se valorará más la personalidad de las ciudades a través de, por ejemplo, la gastronomía y los productos del territorio, rama en la cual Reus se distingue con productos como la avellana o el Vermut de Reus.

En cuestión de personalidad, la concejala subraya otra gran etiqueta de Reus, el comercio: «Ha sido un referente históricamente en Catalunya –Casa Navàs es ejemplo de ello– y lo sigue siendo gracias a un tejido que mantiene su propia personalidad».

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