Los más pequeños que tengan que ser operados en el Hospital Sant Joan de Reus ya pueden desplazarse hasta quirófano montados en un minicoche. El objetivo: «Que entren relajados, cómodos y con confianza en la sala de operaciones», detalla el director-gerente del Hospital Sant Joan de Reus, Mateu Huguet. Se trata de una iniciativa que en otros centros sanitarios ya está en marcha, como es el caso del Hospital Joan XXIII de Tarragona o el Pius Hospital de Valls, y que ahora llega al equipamiento reusense de la mano de Autolica, concesionaria oficial de Mercedes-Benz y Smart en la demarcación de Tarragona. En concreto, este lunes se hizo entrega de los dos ejemplares: la copia en pequeño de los modelos GLC AMG 63S (de color rojo) y del AMG GT (en blanco). Ambos –pensados para niños de entre tres y ocho años– son eléctricos y van logotipados con el lema «super valents». «Se ofrece a las familias esta opción, y es decisión de los niños si quieren o no subirse al coche», detallan fuentes hospitalarias. Además, pueden escoger si conducen ellos mismos el coche o si un profesional médico lo teledirige con un mando a distancia, o si quieren poner o no la radio. Y es que los dos minicoches van equipados con todo tipo de prestaciones.
Una niña, la primera en usarlo
La entrega de los dos minicoches se ha formalizado esta mañana en un acto donde ha estado presente el concejal de Salut i Ciutadania del Ayuntamiento de Reus, Òscar Subirats; el gerente de Autolica, Francisco Manuel Escura; el jefe de ventas, Jaume Huguet; y el director del Hospital Sant Joan de Reus, Mateu Huguet. No obstante, la gran protagonista ha sido una niña de 8 años, porque ella era quien estrenaba el servicio.
Esperaba junto a sus padres poder entrar en el quirófano cuando, de repente, ha llegado una doctora con un minicoche rojo, el modelo GLC AMG 63S. Estaba nerviosa, pero ha subido al vehículo con una ligera sonrisa y ha cogido el control del volante. El personal médico la iba guiando. «Gira aquí, ahora, todo recto. Muy bien», la animaban. Finalmente, ha llegado a las puertas de quirófano, donde la han recibido con muchas sonrisas parte del grupo quirúrgico. Estando en el lindar de la puerta, se ha despedido de sus padres con besos y cogiéndose muy fuerte de la mano de su padre. No obstante, no ha dudado en seguir adelante montada en su coche cuando le han indicado que aún tenía que desplazarse unos metros más.
«Si podemos arrancar una sonrisa a todos los niños, nos damos por satisfechos», ha explicado el gerente de Autolica, Francisco Escura. Por su parte, el concejal de Salut i Ciutadania, Òscar Subirats, ha remarcado que se trata de una técnica de desestrés. «El quirófano siempre genera cierta ansiedad, y dando la oportunidad que ellos mismos cojan el volante de un coche y se dirijan a la sala de operaciones, es una forma de hacerlo más llevadero», ha detallado Subirats.