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Los socialistas reusenses rompieron ayer su silencio por primera vez tras la noche electoral del 24 de mayo. Y lo hicieron por partida doble, primero reuniéndose con Convergència i Unió (CiU) y, después, con la Candidatura d’Unitat Popular (CUP). El encuentro entre el alcalde en funciones, Carles Pellicer, y el líder del PSC, Francesc Vallès, era el que más expectación despertaba por los continuos enfrentamientos que han mantenido durante esta legislatura. No obstante, fue la reunión entre socialistas y cupaires la que acabó siendo más interesante.
Así se desprende de las palabras de Vallès en la rueda de prensa posterior al encuentro con su homónimo David Vidal en el Casal Despertaferro. Y es que, a diferencia de Pellicer, los socialistas sí que podrían entenderse con la formación de izquierdas. «Los ciudadanos han pedido un cambio de estilo político. Si la CUP quiere puede producirse este cambio. Depende de ellos en principal medida», aseguró Vallès, quien reiteradamente animó a Vidal a posicionarse como alcalde. Es más, abrió la puerta a un posible pacto con la CUP para respaldar su investidura el 13 de junio si da el paso. «Cuando Vidal decida si quiere ser alcalde y qué proyecto tiene, hablaremos», sentenció.
La unión entre socialistas y cupaires no suma la mayoría suficiente (14 concejales) que se requiere para apartar a CiU de la gobernabilidad. Por lo tanto, en el hipotético caso de que la CUP decidiera luchar por la alcaldía necesitaría la ayuda de otras formaciones. Y las posibilidades son escasas después de que anunciaran su renuncia a pactar tanto con CiU como con C’s y el PP.
Aun así, desde la CUP no quieren pronunciarse hasta terminar la ronda de reuniones –resta Ara Reus–. Según recoge el acta del encuentro, Vidal asegura ser consciente de que la ciudadanía pide un cambio y que si quieren gobernar necesitarán los votos socialistas. «No hacemos un planteamiento de corto plazo marcado por la gobernabilidad, sino que primero queremos conocer la legitimidad social y política de nuestro proyecto», sentenció.
Más allá de la investidura como alcalde, las probabilidades de que el PSC entre a formar gobierno estable con los cuparies se antoja mucho más improbable. «Nuestra posición inicial es en la oposición controlando la acción de gobierno y articulando una alternativa de gobierno», declaró Vallès. Él mismo también alertó de las consecuencias para la ciudad de un gobierno «débil» de CiU en minoría con sólo siete concejales.
No a Pellicer
En cuanto a la reunión con CiU, desde el PSC rechazan enérgicamente su propuesta de entrar en el gobierno porque «propone una candidatura continuista y que no es adecuada para enderezar la ciudad». Además, Vallès también remarcó que la decisión responde a la voluntad de la ejecutiva del partido . Un órgano, por ciento, que ayer por la noche respaldó por unanimidad que continuara liderando el partido los próximos cuatro años. Lo que no desveló fue si continuará como diputado en el Congreso de Madrid.
Por otra parte, los miembros de la CUP también se reunieron ayer con Reus Esquerra Nacional. Segú acta de la reunión, su representante, Noemí Llauradó, solicitó una reunión entre ellos dos y CiU para plantear la opción de un posible pacto de raíz soberanista a pesar de las profundas diferencias entre las intenciones de Pellicer y de Vidal. Desde ERC se comprometieron a analizar los puntos del programa de la CUP y dar respuesta en otro encuentro.
