El barrio del Carme de Reus ve el derribo de un edificio como la oportunidad para ampliar zonas verdes

Los trabajos para derribar el edificio número 27 de la calle Sant Llorenç, en el barrio del Carme, ya han empezado. Esta semana se ha protegido la fachada, mientras que la semana pasada ya se empezaron a realizar los primeros movimientos en el interior de este inmueble, de propiedad municipal y que actualmente se encuentra en estado ruinoso. Los accesos estaban ya tapiados y, precisamente por su precariedad, el consistorio decidió deshacerse de este edificio, igual que del 7A del Passatge Escorial (en Mare Molas), en las mismas malas condiciones.

Desde el Carme se aplaude la acción. Como recuerda el presidente vecinal, Josep Machado, el de la calle Sant Llorenç es uno de los edificios que el barrio tiene catalogado en estado ruinoso junto a un centenar más.

En el espacio que quede una vez finalizados los trabajos de demolición (el plazo de ejecución es de 45 días) se prevé una futura vialidad, según señalan fuentes municipales consultadas. En esta línea, Machado recuerda que lo acordado sería abrir un paso «que sea peatonal o semipeatonal». Pero los vecinos van ya más allá y ven en este futuro solar la oportunidad de crear nuevas zonas verdes en el barrio.

El presidente de la Associació de Veïns l’Harmonia del Carme señala que prácticamente no tienen zonas verdes y que las existentes son muy limitadas. «Tenemos la plaza de la Patacada y para de contar. También habrían los árboles del arrabal y de alguna plaza, pero aunque contabilicen, no serían zona verdes en sí...», recuerda Machado.

Los vecinos recuerdan que no tienen ningún pulmón verde más allá de La Patacada

Según explica el presidente vecinal, en la última reunión que el barrio mantuvo con el Ayuntamiento ya se trasladó la petición de ampliar zonas verdes. Posteriormente, y con el inicio definitivo de este derribo, el barrio cree que el solar que actualmente ocupa el número 27 de la calle Sant Llorenç (de 113 metros cuadrados) sería una oportunidad. «Lo trasladaremos en la próxima reunión que mantendremos con el Ayuntamiento, que se tiene que celebrar en breves», añade Josep Machado, quien también señala que en el barrio hay varios solares que podrían aprovecharse para crear todavía más zonas verdes.

En cuanto al inmueble número 7A del Passatge de l’Escorial, los trabajos tienen también que empezar en breves. La empresa adjudicataria es Olegario Estrada SL y cuenta con un importe de 53.966 euros (IVA incluido) para derribar este edificio, también en mal estado, tapiado y ubicado en un solar de 178 metros cuadrados. En el caso de la calle Sant Llorenç, el importe es de 29.322,9 euros (IVA incluido) y la empresa adjudicataria, B-Biosca SL.

Revisar el plan de obras

En el barrio del Carme hay, al menos, más de 110 inmuebles en estado ruinoso, según el catálogo del cual dispone la propia asociación vecinal. Se trata de edificios viejos que han quedado deshabitados y abandonados. En ocasiones, entran ocupas, una de las principales preocupaciones de los vecinos porque algunos de ellos son problemáticos. En todo caso, la peligrosidad de este tipo de edificios es la amenaza que en cualquier momento puedan derrumbarse.

Precisamente este pasado verano hubo dos casos en solamente dos semanas. La madrugada del 19 de julio se derrumbó el número 24 de la calle Sant Esteve. El 4 de agosto, también de madrugada, sucedía lo mismo en el número 5 de la calle Sant Antoni. Ambos inmuebles estaban deshabitados y no hubo heridos, pero recordaban la fragilidad de los edificios y la necesidad de acelerar la puesta al día del barrio. Ya en ese momento, Machado recordaba que el Ayuntamiento trabaja en ello, revisando el estado de los edificios vacíos y, en los casos necesarios, requiriendo a la propiedad que se actúe. A pesar de todo, no siempre se llega a tiempo, dado que los procedimientos son lentos, por lo que desde el barrio se pide celeridad.

En este contexto, la Associació de Veïns l’Harmonia del Carme recuerda la existencia del plan de obras del barrio. Documento aprobado en 2004 con el objetivo de frenar la degradación y dinamizar el Carme en un plazo de 10 años. De todos los proyectos previstos se acabó materializando la plaza de la Patacada, «y poca cosa más». Se reformaron algunas calles y se abrió uno de los pasos previstos: el que une la calle de Sant Antoni con el arrabal de Martí Folguera. Habiendo pasado ya 17 años «y sin haberle dado una continuidad al documento, lo necesario es revisar dicho plan, porque muchas cosas han quedado ya obsoletas», señala Machado. Según el presidente de la asociación de vecinos, el compromiso del consistorio sería revisarlo durante este 2021. «El reto es redefinirlo y cómo modificamos todo aquello que ha quedado ya desfasado», añade.

Desde el Ayuntamiento de Reus se recuerda que se trabaja en el barrio del Carme a través de varias líneas: el plan de dinamización del barrio, el desdoblamiento del CAP Sant Pere o la promoción de vivienda protegida, entre otros. El plan de obras de diagnóstico y rehabilitación de inmuebles en mal estado sería una línea de trabajo más. Se recuerda, además, que se trata de un documento de los vecinos, pero que el Ayuntamiento valora porque «se trata de la aportación de la ciudadanía al proceso de intervención en el barrio», proceso que el gobierno quiere que sea «participado y en colaboración con los vecinos».

Más allá de la necesidad de actuar en aquellos inmuebles que están en estado ruinoso, lo que se destaca desde el barrio del Carme es la importancia de avanzar en el desdoblamiento del CAP Sant Pere «porque ganaríamos mucho». Cabe recordar que el nuevo equipamiento (que permitirá descongestionar el actual CAP Sant Pere) se ubicará en el barrio del Carme. Fuentes vecinales aseguran que el futuro equipamiento se ubicará en la zona de la calle Sant Benet, donde se derribaron unos edificios y se habilitó una zona azul. Oficialmente todavía se estarían barajando varias opciones.