El cierre de una tienda de segunda mano en Reus deja a clientes con entregas pendientes

El negocio cerró inesperadamente y los afectados se encuentran indefensos. La crisis ha afectado este tipo de locales, aunque en la ciudad se mantienen algunos

12 agosto 2019 09:13 | Actualizado a 16 agosto 2019 08:34
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La tienda de muebles del hogar y objetos de segunda mano Troc de Reus cerró inesperadamente el pasado mes de marzo, sin dar previo aviso a aquellos clientes que habían formalizado compras y ventas. Todo quedó pendiente y los afectados no han recuperado sus muebles. Todo ello lo explica al Diari un cliente que pasó por eso y que prefiere mantenerse en el anonimato. «El almacén cerró dejando a mucha gente (yo incluido) sin sus muebles, ni posibilidad aparente de recuperarlos, ni tan sólo el importe de los mismos», explica. Si se quiere vender un mueble en Troc, existe la posibilidad de dejarlo en depósito a la espera de que sea vendido y, por el que Troc se queda una comisión. Él no ha podido ponerse en contacto con ningún responsable y no es posible «localizar ni una central dónde quejarse», añade. Además, el espacio virtual de la página web de Troc –en el que este cliente consultaba sus operaciones–, está completamente vacío. 

De hecho, este periódico intentó ponerse en contacto con la empresa, aunque sin éxito. Una simple búsqueda en la red con el nombre de la tienda deja algunas reseñas negativas que coinciden con el cierre y ninguna explicación. «Hemos visto a mucha gente afectada y contrariada porque había comprado un mueble y no lo había podido recibir, e incluso algunas que habían vendido y no habían recibido su parte correspondiente, ni un aviso de que cerraban», corroboran desde Stock Shop, la tienda situada justo al lado de Troc. Desde este mismo negocio analizan el sector de la compra-venta y dan una valoración positiva: «Hay que ser responsable en el negocio y saberle sacar el partido a todo lo que se vende. Vendemos mobiliario, decoración y colchones, entre otros elementos. Pese a ser una lucha diaria, nos gusta ofrecer una visión alegre en la que se pueden reaprovechar las cosas. Que un mueble haya cumplido una función para una persona, no quiere decir que no pueda ser aprovechado por otra». La aparición de la crisis ha sido clave para que se consolidara este tipo de negocios en el mercado.

Dejando a un lado las iniciativas solidarias de Humana o Roba Amiga, las tiendas privadas de ropa de segunda mano tienen que seguir sorteando los altibajos de la economía local. En el caso de la tienda de venta de ropa y complementos de segunda mano y por estrenar ‘Safareig’, Antònia Simó, expone que «tuvimos que cerrar hace un año, porque no estábamos en el centro y la clientela fue a menos. Otras tiendas de ropa de segunda mano han cerrado porque aún no está consolidada esta cultura del reciclaje». Quizá la clave esté en escoger un nicho de mercado muy específico. Esto mismo cuenta Francesc García, propietario de Flamingo’s Vintage Kilo Reus desde enero. «Adquirí el negocio en traspaso. Creo que este tipo de comercios no pasan de moda. Tenemos prendas exclusivas y muy concretas, no verás a nadie con una igual», expresa García. Se muestra positivo con la compra de ropa de segunda mano. «Hay clientes que vuelven para ver qué novedades vintage encuentran. También hay otro tipo de público que viene sólo a curiosear, pero muestran bastante interés por la ropa. Creo que este tipo de comercios también son más sostenibles y siguen un ciclo más respetuoso con la ropa», resume.

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