El comedor social de Reus dobla los servicios para dar respuesta a la creciente emergencia social

Se reparten a diario unas 200 fiambreras a personas vulnerables. Su situación se ha agravado en las últimas semanas a raíz de la crisis sanitaria provocada por la Covid-19

19 abril 2020 08:31 | Actualizado a 23 abril 2020 09:37
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La emergencia sanitaria está teniendo una fuerte repercusión en la economía de las familias, causando también una crisis social que tiene que lidiarse. En el comedor social de Reus –gestionado por Cáritas Interparroquial– es uno de los puntos donde estas semanas se está visualizando esta creciente emergencia. Han tenido que adaptar el servicio a las nuevas necesidades de prevención sanitaria –cerrando el servicio de comidas presenciales sustituyéndolo por fiambreras– y, al menos, doblar el número de comidas servidas, además de ampliar los días de apertura. Si antes abría de lunes a viernes, ahora también hay servicio los fines de semana.

Actualmente, el comedor social está atendiendo a unas 200 personas, lo que representa el doble de lo que era habitual antes de la pandemia. En concreto, si a mediados de marzo se llevaba la comida a domicilio a 18 personas, este mes de abril se están haciendo 56 servicios. Por otro lado, antes de la crisis del coronavirus se ofrecían 50 comidas presencialmente en el comedor social y 40 fiambreras, lo que suma 90 servicios. Ahora, esta cifra global asciende a 135. 

Para dar respuesta a esta creciente demanda, el servicio ha tenido que reforzarse con la contratación de una cocinera de apoyo. Un contrato que ha gestionado y financiado la concejalía de Benestar Social. Se trata de una trabajadora de la empresa de cáterin CuinaGestió que se incorporó el 23 de marzo. Además, desde el consistorio se detalla que a principios de abril se unieron al comedor social dos cocineros voluntarios procedentes del restaurante del Centre de Lectura y del Col·legi Pare Manyanet. 

También se ha reforzado el servicio de reparto a domicilio a través del Taller Baix Camp. «Estos refuerzos van ligados a la crisis sanitaria, pero no estrictamente al estado de alarma», señala la concejala de Benestar Social del Ayuntamiento de Reus, Montserrat Vilella. En este sentido, remarca que se mantendrá la actual forma de funcionar «mientras haya necesidad». Y es que es consciente de que la emergencia social se alargará en el tiempo. «La buena noticia es que ya estábamos preparados tras la pasada crisis económica», añade.

Siete días a la semana

Más de una veintena de voluntarios se coordinan estos días en el comedor social, ubicado en la calle de Francesc Bartrina, de la mano de Rosa y Jordina, trabajadoras de Cáritas. A las ocho de la mañana ya empieza a haber movimiento en el interior del local. Se tiene que cocinar, preparar bocatas, fiambreras y lotes de comida para empezar lo antes posible los repartos a domicilio que se realizan a personas en situación de vulnerabilidad que no pueden desplazarse. Paralelamente, a las 11.30 h ya se levanta la persiana y empiezan a atender a las personas que eran habituales en el comedor social y que ahora se les da una bolsa con la comida y un bocata para la cena.  Por último, a la una del mediodía, llegan las familias. «En este caso les damos lotes con la finalidad que ellos mismos cocinen», detalla Jordina, quien explica que se ha optado por destinar una franja horaria distinta a cada perfil de usuario para evitar aglomeraciones.

Más allá de entregar comida, se encargan también de equipar a los usuarios con mascarillas que les han hecho llegar distintas entidades. «Recuerda que la tienes que lavar cada día con agua y jabón», dice Rosa cada vez que entrega una mascarilla.

La mayoría de usuarios provienen de Serveis Socials, aunque algunos no. «En estos casos intentamos redirigirlos a Serveis Socials, aunque, haciendo aquí una evaluación previa, nadie se queda sin comida», añade Jordina.

Un total de 37 personas sintecho, alojadas

La concejalía de Benestar Social del Ayuntamiento de Reus también ha prestado especial atención a las personas sintecho. Según detalla la concejala Montserrat Vilella, se ha actuado proactivamente a través de Guàrdia Urbana y Protecció Civil. «Los agentes que patrullan, cuando detectan a una persona sintecho se les recomienda dirigirse al hostal. La mayoría lo han hecho», dice Vilella. De esta forma, se les ofrece el derecho de poder también estar confinados ante el nuevo coronavirus. En cuanto a la comida, se les ofrecen las fiambreras del comedor social. La mayoría de personas están en un hostal, aunque la concejala detalla que una familia ya está ubicada en un segundo equipamiento.

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