El comercio local de Reus resiste la apertura de franquicias en Llovera y Monterols

Entre los más de 80 negocios que suman ambas calles, el 60% corresponde a cadenas y franquiciados y el 40% son marcas locales

19 mayo 2017 19:21 | Actualizado a 21 mayo 2017 17:19
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La fisonomía de las calles Llovera y Monterols es el reflejo de las grandes cadenas y franquicias, entre los más de ochenta establecimientos que suman las dos principales arterias comerciales del centro de Reus. Las franquicias y cadenas representan el 60% (aproximadamente una cincuentena de establecimientos); mientras que las marcas locales y el comercio tradicional resiste con un 40% (aproximadamente una treintena de negocios).

En los últimos años el ir y venir de locales ha sido una constante. Un continuo que se ha saldado con el cierre de comercios longevos; mientras que su lugar ha sido ‘suplantado’ por otras tiendas cuyo rótulo corresponde al de reconocidas firmas. Un ejemplo fue el cierre de la mercería Sardà, y la posterior apertura, unos meses después, de Ale- Hop, una tienda dedicada a la venta de complementos de moda, regalos y decoración.

La empresa T4 Franquicias cifró el año pasado en más de 300 puntos los negocios de estas características. Total que coloca a Reus como la segunda ciudad, por detrás de Barcelona, entre los destinos preferidos por nuevos emprendedores. Y es que algunas firmas que habían ‘desaparecido’ de la capital del Baix Camp como Benetton, han decidido volver a apostar por Reus, abriendo en este caso una tienda en la calle Monterols.

Más clientes

Esta eclosión comercial es considerada por el Tomb de Reus y la Unió de Botiguers como una «oportunidad», ya que los tres modelos comerciales (el que representan las franquicias y cadenas, por una parte, y el comercio tradicional por otra) «pueden vivir y convivir en el centro de Reus». «Hay que diferenciar entre las cadenas, que son más independientes, y las franquicias que en muchos casos tienen al frente a empresarios y emprendedores locales», asegura Gemma Molner. De hecho, esta es una de las peculiaridades del comercio reusense y según Molner «una tendencia al alza».

«Muchos empresarios apuestan por una franquicia porque se benefician de su experiencia y son una buena oportunidad de negocio», explica. En este sentido, el presidente de la Unió de Botiguers de Reus, Àlfred Pitarch, asegura que «la mayor presencia de franquicias no ha restado clientes al comercio tradicional, sino que sirve para atraer más visitantes», y añade que «las cadenas y emprendedores franquiciados escogen Reus porque la ciudad es una referente comercial».

Ejemplo de ello es que entre las calles Monterols y Llovera únicamente hay dos locales comerciales vacíos. «Es positivo que haya franquicias porque entre todos atraemos a más visitantes que son clientes potenciales», explica la dependienta de un comercio local de la calle Monterols.

Referencia comercial

El modelo de marca local está representado en la calle Monterols por la experiencia de Amill. Anna Amill es la cuarta generación que regenta la tienda especializada en moda íntima. «El comercio tradicional y las franquicias nos complementamos», asegura, pero a su vez echa de menos que «participen más activamente en las iniciativas que organizamos». Una realidad que confirma la presidenta del Tomb de Reus. «Mientras que las franquicias dirigidas por empresarios locales se involucran en el tejido comercial, las grandes cadenas se conforman con desarrollar sus propias acciones de marketing», asegura.

Ejemplos de esta veterana experiencia son la histórica Casa Pujol, fundada en 1873; el establecimiento de moda Jofré, fundado en 1929, o la Sastreria Teixidó; entre otras. Todos ellos tienen en común años de experiencia en el trato al cliente y la venta personalizada. Comercios que han resistido el paso de las décadas y más recientemente han superado las trabas derivadas del fin de la renta antigua. «Con el modelo de atención al cliente las franquicias no pueden competir», explica una clienta, quien también critica que «muchos ayuntamientos se bajan los pantalones cuando una franquicia llama a la puerta».

Reflexionando sobre esta percepción, desde la UBR y El Tomb reclaman más acciones para que las marcas locales no desaparezcan y sigan sumando experiencia. «Ayudas al alquiler, agilizar los trámites de apertura o ventajas fiscales son medidas que ayudarían al comercio tradicional», concluyen ambas organizaciones comerciales.

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