El comercio local resiste la competencia de las franquicias en el centro de Reus

Pese al cierre de la Sastreria Queralt, uno de los comercios más longevos de la ciudad, las tiendas tradicionales de la Monterols y Llovera todavía reúnen cerca de la mitad de los 80 locales que integran las dos arterias comerciales por excelencia

26 octubre 2018 09:22 | Actualizado a 29 octubre 2018 18:41
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Esta semana se ha conocido el cierre de uno de los comercios más históricos y emblemáticos de la ciudad. La Sastreria Queralt bajará la persiana en las próximas semanas tras 110 años de historia. Su actual responsable y nieto del fundador, Francesc Queralt, aseguraba que el cierre se produce por la falta de relevo generacional y por factores como el cambio en los hábitos de consumo o el empeoramiento de los horarios comerciales.

El caso de la Sastreria Queralt, situada en la calle Monterols, es el último caso de una firma histórica que baja la persiana en Reus. Anteriormente, en los últimos años también han finalizado su actividad la Merceria Sardà, la pastelería Jordà o la Joieria Fort, en la calle Llovera. No obstante, y pese a los últimos cierres que han tenido lugar, las dos principales arterias comerciales reusenses todavía resisten la férrea competencia de las franquicias. 

De hecho, en ambas calles se concentran unos 80 establecimientos comerciales, de los cuales cerca de la mitad corresponden a firmas tradicionales. Algunas de ellas con una historia centenaria detrás como los comercios Jofre, Casa Pujol, Niepce o la corsetería Amill. Precisamente, este hecho es un rasgo distintivo del comercio local que lo diferencia de otros municipios. Aún así, no es ningún secreto reconocer que la progresiva desaparición de algunas tiendas histórica representa una pérdida de identidad para la ciudad. Así lo apuntaba ayer la propia presidenta de la entidad comercial El Tomb de Reus, Gemma Molner, que asegura que «el cierre de un comercio centenario como la Sastreria Queralt es siempre una mala noticia».   

Calidad y trato personal

Históricamente, el comercio tradicional reusense ha sido capaz de afrontar la llegada de grandes franquicias y superficies comerciales (el último caso la llegada de La Fira en el Parc Sant Jordi) manteniendo, e incluso ampliando, su potencial. Y lo ha hecho apostando de forma decidida por la calidad y el trato personal para no perder a los clientes. 

Para lograrlo, por ejemplo, los dependientes de estos locales se forman constantemente, asisten a desfiles, visitan las principales ferias y aprenden idiomas. De hecho, desde Unió de Botiguers se organizan cursos de ruso para atender a los turistas que visitan la ciudad durante el verano. Y todo ello para lograr una atención excelente y que, en ocasiones, pasa incluso por abrir antes la persiana de la tienda para que la venta sea lo más personalizada posible. 

Desde el Tomb de Reus apuntaban, precisamente, en esta misma dirección  a la hora de seguir trabajando para dinamizar el tejido comercial local. «Sobre todo es importante difundir que la calidad y el servicio que encontrará en la ciudad es único», puntualizaba Molner, quien también ponía el foco en las últimas actuaciones como la actualización de la página web y la incursión en las redes sociales. 

90% de locales ocupados

Más allá del modelo que impera en la ciudad, la realidad es que su salud comercial sigue en buena forma. En estos momentos, el centro de la ciudad, tal y como publicó hace semanas el Diari, dispone de unas 700 licencias comerciales con un porcentaje de ocupación de locales que alcanza el 90%. 

Así se desprende del censo que trabaja y actualiza periódicamente el Ayuntamiento, a través de la Agència Reus Promoció, con le firme propósito de captar el interés de nuevos inversores. En este sentido, destacaría la situación vivida en la plaza Mercadal con la reapertura de varios locales que llevaban tiempo cerrados.  El patrimonio comercial tradicional que atesora Reus también se demuestra con iniciativas como la ruta turística impulsada por la empresa ‘La Teva Ruta’ y que repasa algunos de los establecimientos con más solera de la capital del Baix Camp.

El sastre de Miró

El cierre de la Sastreria Qeuralt supone, además, el adiós de unos de los puntales del comercio reusense. Y es que por las manos de sus profesionales han pasado centenares de personas, algunas de ellas de la relevancia del pintor Joan Miró, del cual todavía se exponen en la tienda las cartas con las que se enviaba con los propietarios de la sastrería. Otro de los clientes de la tienda fue el escultor Joan Rebull.

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