El consistorio estudia reformular el modelo de la pista de skate

El futuro de la pista de skate del Parc dels Capellans continúa moviendo a los colectivos de usuarios a alzarse para reivindicar una mejora de condiciones y un mantenimiento constante pasados casi 10 años. Aunque el espacio se abrió en 2007, ha pasado por innumerables cambios y cierres.  Tras haber retirado algunos elementos para su reparación el pasado mes de agosto, el Ayuntamiento tuvo una reunión con diferentes colectivos de usuarios como BikeCamp, el Club Esportiu Reuskate y Faktum. Allí se abordó el estudio de una fórmula alternativa para hacer del equipamiento municipal un entorno más seguro y útil. 

Según fuentes municipales consultadas, a día de hoy «no está claro qué modelo será el que se deba aplicar, puesto que todo depende de la valoración de los técnicos y de la disponibilidad presupuestaria». Por tanto, no se puede hablar de plazos, y menos por estas fechas. «Se comprometieron a darnos una respuesta y nosotros acudimos con la voluntad de ofrecer ideas nuevas. De momento, esperaremos. No sabemos si se trata de la dinámica de siempre. Llevamos así tres años y creamos la asociación para arreglar las cosas», valora el presidente de la Associació BikeCamp, Julio Pardo, quien añade también que «ha sido prácticamente imposible comunicarnos con los departamentos competentes tiempo atrás».

Algo más positivo se muestra Pere Caelles, portavoz del Club Esportiu Reuskate. «Nosotros quisimos instaurar un centro para formar gente y seguimos pensando que lo lograremos algún día. Lo que se quiere realizar en primera instancia es encofrar con cemento la rampa principal aprovechando la estructura de hierro y luego otros elementos como las funbox. Habría que abandonar la madera», señala Caelles. De hecho, tiene claro que lo que se realice en el Parc dels Capellans será «consensuado entre los clubes y asociaciones de usuarios que hay, porque queremos que el Skatepark de Reus vuelva a ser uno de los mejores de todo el Estado».

Haciendo algo de repaso, Pardo explica que la problemática del equipamiento se gestó desde su creación. «Los cambios han sido perjudiciales para los usuarios. De 12 rampas, nos hemos quedado en 6. Durante los 6 primeros años, el espacio estuvo medianamente bien. Pero al tratarse de madera y al no tener un cuidado constante, los últimos años todo se ha convertido en una ruina», detalla Pardo. Por ello, se acabaron colocando parches en algunas de las rampas e incluso se procedió a su retiro. La ola de actos vandálicos registrada hace un año tampoco ayudó. Y es que se trata de una instalación utilizada por gran cantidad de gente. Cabe recordar que en septiembre del año pasado también hubo una recogida de firmas en Change.org, donde se reivindicó el bienestar de los skaters, ya que el deterioro de la pista provocó algún que otro susto y acrecentó las probabilidades de que alguien pudiera sufrir algún daño.