El duque de York premia el proyecto social de un estudiante reusense

Oriol Iglesias y dos compañeros idean un proyecto para convertir un bus londinense en un espacio de ayuda a los sin techo

22 mayo 2017 14:48 | Actualizado a 24 mayo 2017 09:07
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El reusense Oriol Iglesias reside en Londres desde hace cuatro años y todavía no puede creer lo que ha vivido en las últimas semanas. Ha sido inesperado. Sorprendente. Un sueño hecho realidad que le abre la puerta a una gran oportunidad. Ha recibido un premio de la mano del duque de York, el príncipe Andrew de Inglaterra. Un reconocimiento a un proyecto universitario que el reusense ideó junto a otros dos compañeros – el gallego Jesús Díaz y la italiana Valerya Kormysh– que estudian con él en la London Metropolitan University. Quieren crear un centro de apoyo a los sin techo aprovechando un icónico autobús londinense. El duque –patrón de la universidad– se ha comprometido a echarles una mano para que esta idea se materialice.

Los estudiantes se presentaron al concurso Big Idea Challenge, convocado por la universidad. Había cuatro categorías: profesores, ideas de negocio, innovación e impacto social. Ellos tenían claro desde el primer momento que lo suyo sería la vertiente social. Pero su intención inicial no tenía nada que ver con el proyecto definitivo, explica Oriol. Habían estudiado temas de Latinoamérica. Y querían llevar a cabo alguna iniciativa relacionada con aquella realidad. Pero, tras valorarlo y poner todas las cartas sobre la mesa, se dieron cuenta de que «aquí, en Londres, hay problemas muy grandes, como el de los sin techo: hay más de 8.000», dice el reusense. Decidieron cambiar de planes e idearon una iniciativa para este colectivo. Y así nació Fresh Start: the bus that changes lives.

Un bus itinerante

«Nuestra propuesta es habilitar un autobús para que sea un lugar itinerante donde la gente que vive en la calle pueda ducharse, comer o recibir consejo y asesoramiento», señala el joven. Y añade: «queríamos algo móvil para que tenga un impacto real».

Oriol Iglesias, bisnieto del hijo ilustre de Reus, el geógrafo Josep Iglesias, explica que, si bien estaban animados con el concurso, no esperaban ganar. Pero lo hicieron. Y por partida doble: de su categoría, y de la absoluta. Les eligieron de entre 238 propuestas. Fueron al palacio de Saint James para la ceremonia de entrega de premios. «No nos creíamos ni dónde estábamos. Que el duque de York nos felicitara, nos entregara el premio y se comprometiera con nuestro proyecto fue impresionante», confiesa.

Recibieron, entre los dos premios, 1.500 libras para su iniciativa. También un curso que harán este verano, les cederán un espacio de oficinas en una aceleradora de startups, y les asesorarán. «Nos ayudarán a crear la página web, nos darán consejos, nos enseñarán cómo hacer entrevistas, preparar reuniones...», apunta el reusense.

Un espacio social

Fresh Start se basa en aprovechar viejos autobuses londinenses y reformarlos. Instalar duchas, baños, y recorrer distintas localizaciones de la ciudad para poder atender a los sin techo. «No solo sería un lugar donde asearse. La idea es crear también un espacio social, donde puedan intercambiar experiencias, recibir consejo legal, o de búsqueda de vivienda, y empleo», explica Oriol. Y darles herramientas para tratar de salir de la situación, si lo desean. «No diremos a nadie cómo vivir la vida. Pueden seguir el mismo camino o usar el servicio de puente para entrar de nuevo en la sociedad. Sería su elección», dice.

Crearán una campaña de micromecenazgo en varias plataformas. Calculan que tener el autobús reformado y a punto supondría un gasto de unas 150.000 libras (algo más de 170.000 euros) y un año de trabajo. Buscarán inversores. Y pedirán cita para reunirse con el duque de York, que prometió ayudarles con su proyecto. Con el paso del tiempo, les gustaría asociarse con el gobierno de Londres, «que debería hacerse responsable de ello y seguir adelante», añade el joven.

Su intención es crear una red entre organizaciones y trabajar juntos. Quieren madurarlo bien. Guiarse. Y aprender de experiencias similares. Tienen muchas ganas. Aunque no aspiran, ni de lejos, a hacerse ricos. «Es un proyecto social, no esperamos ganar dinero», dice el reusense. Así que lo combinarán con otros empleos. Él trabaja en una cafetería en la estación de King’s Cross. Antes, estuvo en la embajada de Honduras, con la que ha ido colaborando.

Oriol Iglesias se marchó a Londres cuando tenía solo 19 años. Había empezado sus estudios en la URV, pero no le acabó de funcionar. «No estaba cómodo ni me gustaba. Así que me fui», explica. Ya lleva en Inglaterra cuatro años. Tras un primer año y medio de adaptación, empezó a estudiar Relaciones Internacionales y Diplomacia. Esta semana ha entregado el trabajo de final de carrera. Y, cuando cierre esta etapa, prevé seguir en Londres durante tiempo, y desvivirse por sus nuevos planes profesionales. ¿Si tiene en mente volver a Reus? De momento, solo de vacaciones.

 

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