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El déficit del Sant Joan continúa ascendiendo sin ningún freno. Si el año pasado se cerró el ejercicio con 3,2 millones de euros en números rojos, para este 2018 se prevé una proyección de 6,5 millones.
El problema sigue siendo el mismo. El Hospital Sant Joan no es el único que cierra cada año con déficit. De hecho, es de los mejores en cuanto a resultados. El problema es que la titularidad recae sobre el Ayuntamiento de Reus, que no tiene el músculo financiero ni económico para hacer frente a las pérdidas reiteradas. El resto de centros sanitarios, gestionados por el CATSalut, reciben la inyección necesaria para sanear cuentas.
Por todo ello la fórmula del Consorci hospitalario con mayoría en el accionariado de la Generalitat continúa siendo la panacea a todos los males del Sant Joan.
Un consorcio que continúa en el limbo de las negociaciones técnicas, y que ya nadie espera que pueda ponerse en marcha el próximo 1 de enero. De hecho, la previsión inicial era que empezara a andar el pasado 1 de enero.
«Lo que haga falta»
Ante este escenario toman fuerza las palabras del director del CATSalut, Adrià Comella, durante la presentación del nuevo director del Hospital Sant Joan de Reus. Comella aseguró que la Generalitat estaba dispuesta a hacer «lo que haga falta» para salvar el centro sanitario.
Dichas declaraciones ya dejaban entrever que el gobierno catalán estudiaba hacerse cargo del déficit generado por el Sant Joan a lo largo de 2018. Un déficit ya inasumible para las arcas municipales y que podrían conllevar el cierre del equipamiento.
Ante la falta de consorcio, la necesidad de hallar una fórmula que permita remitir el déficit generado durante el presente ejercicio es, si no una emergencia, una urgencia. Y la posibilidad de que la Generalitat asuma los números rojos coge cada vez más fuerza.
Fuentes del CATSalut consultadas por el Diari aseguran que el consorcio no entrará en marcha durante los próximos días. Teniendo en cuenta el calendario festivo del próximo mes de diciembre, la idea de recorrer a una solución práctica y asequible para ambas partes surge como única fórmula viable.
Así pues, se espera que, a lo largo del mes de diciembre, se certifique cómo y de qué manera va a colaborar el CATSalut en la remisión del déficit. Todo apunta a que sería vía subvención de explotación.
Una fórmula que, de hecho, se recoge en el presupuesto para este 2018 del Sant Joan. Una de las partidas, de más de 2 millones de euros, contempla una inyección de capital por parte de la Generalitat de Catalunya. La oposición ha criticado de forma reiterada la contemplación de dicha partida en las cuentas del presente ejercicio. Un hecho que contrasta con la poca beligerancia con la que se ha exigido, hasta hoy, su pago al CATSalut.
