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Aunque las cifras de delincuencia en toda la comarca van a la baja, así lo demuestran las estadísticas publicadas por los Mossos d’Esquadra en los últimos años, los robos y los robos con fuerza continúan preocupando a muchos responsables políticos del Baix Camp.
De hecho, según han confirmado al Diari fuentes policiales, en los últimos días se habrían perpetrado, al menos, cuatro robos en masías y chalets de la comarca. La cifra se eleva hasta la docena según fuentes no oficiales.
El nexo común de todos estos robos es que los objetivos se encuentran ubicados en municipios o pueblos que están alejados de las grandes ciudades. Los ladrones actúan de día, aprovechando que los inquilinos están trabajando. Fuerzan la puerta o alguna ventana y acceden al interior del domicilio donde buscan algún botín suculento. Los robos confirmados por fuentes policiales han tenido lugar en Riudoms, Almoster y Castellvell del Camp.
«Hace falta más policía»
Agustí Domingo, alcalde de Castellvell del Camp, cuenta que los robos «son como oleadas». Domingo asegura que «hay temporadas muy conflictivas en las que los ladrones entran en pocos días en dos o tres casas. Después podemos estar muchos meses en los que no ocurre nada».
Pero dicha premisa no excusa la falta de dotaciones policiales en su municipio: «Haría falta más presencia policial. Sobre todo en los pueblos que estamos cerca de las grandes ciudades, como es nuestro caso, y donde es más complicado destinar una patrulla».
De hecho, según dice el alcalde de Castellvell del Camp, «en alguna otra ocasión ya se ha hecho una reivindicación similar». «El problema es que los municipios pequeños no podemos tener una policía local. De entrada por cuestiones legales. La ley no contempla que los pueblos tengamos un cuerpo de seguridad. Pero además, sería un gasto inasumible de dinero y efectivos», resume.
El problema, según Domingo, «es que la gente reclama que el pueblo tenga una policía propia. Un coche que circule por las noches». El consistorio admite que no puede hacerse cargo del coste presupuestario que representaría a nivel de equipamiento y de sueldo de trabajadores.
Àngel Xifré, alcalde d’Almoster, admite que, «periódicamente se producen episodios de robos», aunque destaca que «el de hace un año fue mucho más grave que el que hemos sufrido este mes de diciembre». Entonces, cuenta el alcalde, los ladrones entraron en siete casas del pueblo.
«Coincidía que lo hacían en miércoles y los Mossos terminaron por saberlo y así pudieron parar el episodio». Ahora la situación no es tan grave aunque se producen, de igual forma, pequeños robos en casas unifamiliares de forma puntual.
Aunque admite que hace falta más presencia policial en los pueblos del interior, también asegura que «habría que conocer la realidad de los Mossos d’Esquadra, que seguro que destinan los efectivos que pueden. Nosotros siempre querríamos más efectivos». En relación con los últimos robos en el municipio, asegura que «los Mossos hicieron controles en los dos accesos al pueblo para parar los vehículos que accedían a Almoster.
Mucho más tajante es el concejal de Seguretat Ciutadana de Riudoms, Carles Garcia. Asegura que «siempre que se ha pedido más operativos a los Mossos d’Esquadra no hemos tenido ningún problema».
Garcia admite que ha habido robos y que la colaboración entre la policía local y la catalana es absoluta. Insiste que no existe en el municipio ninguna sensación de inseguridad.
La lejanía de las montañas
Mucho más complicada es la situación en los pueblos de las montañas del Baix Camp. La alcaldesa de Prades, Lídia Bargas, asegura que «no hemos tenido ningún caso», pero recuerda una oleada de robos seis años atrás que se solucionó gracias a la colaboración de los Mossos d’Esquadra y un incremento de las patrullas en los pueblos de las Muntanyes de Prades.
«Es evidente que siempre hace falta más presencia policial, pero también hay que tener en cuenta que estamos desprevenidos porqué los pueblos pequeños no tenemos la posibilidad de tener policía local».
Bargas también explica que, la situación en los pueblos más alejados de los grandes núcleos de población, es mucho más complicada. Una sensación que comparten otros alcaldes del interior del Baix Camp y del Priorat, que aseguran que «cuesta ver una patrulla de los Mossos de forma constante y diaria», aunque aplauden la celeridad con la que reacciona el cuerpo: «cuando haces la llamada pertinente, a los pocos minutos aparecen las luces azules en la carretera. Quizás no están porque no pueden estar en todas partes, per acuden raudos».
