El nuevo horario de las terrazas de Reus favorece la convivencia entre locales, clientes y vecinos

Los bares y restaurantes pueden servir consumiciones hasta la 1 de la madrugada entre semana, y hasta las 2 de jueves a sábado, además de las vigilias de festivos

18 agosto 2018 17:43 | Actualizado a 26 agosto 2018 10:58
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Han pasado más de dos meses desde la instauración de los nuevos horarios de las terrazas de los bares de la ciudad. Desde finales del mes de mayo, bares y restaurantes pueden servir consumiciones hasta la 1 de la madrugada entre semana, y hasta las 2 de jueves a sábado, además de las vigilias de festivos. Clientes y restauradores valoran positivamente el cambio. «Agradezco mucho que se haya consensuado el horario de las terrazas, porque así hemos conseguido también erradicar las quejas de los vecinos, motivadas por el ruido», explica Melchor Ruiz, propietario del bar Luxury. En esta línea, comenta que «en algunas ocasiones los vecinos también se quejaban sin demasiada razón, porque el ruido no era exagerado, y con la nueva normativa los locales podremos trabajar más tranquilos y la convivencia será mejor».

segura que los clientes también han aceptado positivamente los cambios. «En mi caso, la clientela ya está acostumbrada porque sabe que al día siguiente tengo que abrir temprano y los clientes no tienen ningún problema en adaptarse al nuevo horario». Desde el local The Green Dog Café, Raúl Juárez, recuerda que «el problema surgió el año pasado porque había locales que no respetaban la normativa que había». «Llevo 14 años en Reus y, en este tiempo, no he tenido ninguna denuncia. En mi caso, llegué a un acuerdo con los vecinos para establecer más o menos las horas, pero en este tiempo otros locales han preferido cerrar a altas horas de la madrugada», comenta el propietario.

En el centro, otros restauradores, que prefieren no dar a conocer su identidad, también comentan que «nosotros, desde el año pasado, ya cumplíamos con este horario porque cuando pedí abrir la terraza, hace relativamente poco tiempo, la normativa ya especificaba que tenía que cerrar a esta hora». Asegura que los clientes «en un primer momento fueron reticentes» a este horario, pero «ahora ya están acostumbrados, porque saben que debo cumplir con la normativa». 

Sobre las críticas que otros locales puedan hacer sobre el cambio de horario, los establecimientos opinan que «estas cuestiones deben hablarse con el Ayuntamiento, hacerlo por otras vías no tiene demasiado sentido». «Cuando se negoció con el consistorio nadie más vino, y el establecimiento que se queja no debería hacerlo porque podrían haber venido a negociar», asegura Raúl Juárez. Y en respuesta a aquellos locales que aseguran que «pierden dinero con el nuevo horario», Raúl Juárez es tajante: «Ahora no pierden dinero, sino que antes habían ganado un dinero que no tenían que ganar, incumpliendo la normativa, porque las terrazas ya tenían un horario que cumplir». 

Los clientes

«Como vecino entiendo que las terrazas pueden molestar, pero quienes vienen a vivir a la plaza del Castell también deben saber que hay terrazas. De lo que se pueden quejar es de que no se cumpla el horario», comenta Raúl Juárez. Aunque los clientes aceptan la nueva normativa, algunos todavía desconocen el nuevo horario. Pau Anglès comenta que «sabía que los fines de semana se cerraba más tarde, pero desconocía el nuevo horario». Su amigo Hèctor Villalba asiente con la cabeza las declaraciones de Anglès, mientras toman unas cervezas en el Tastum. En la plaza del Mercadal, Rosa Sánchez y Neus Juncosa, sentadas en la Farggi, comentan que «no sabíamos nada del cambio».

Idéntico punto de vista tienen Adrián Domínguez y Helena González desde la terraza del Déu n’hi do. El horario aún no ha afectado a los clientes con los que ha hablado el Diari. Pau explica que «Si vemos que los dueños están recogiendo las cosas, ya nos vamos. No tenemos problema». Lo mismo comentan Adrián y Helena, que dicen que «no nos han echado nunca de una terraza, pero tampoco nos quedamos tomando algo hasta muy tarde». Respecto al descanso de los vecinos al cerrar las terrazas más temprano, hay variedad de opiniones. Hèctor cuenta que «está bien, porque así los vecinos descansan ya que hay mucho ruido». Pau añade que «los vecinos también deben saber que en verano hay gente que tiene vacaciones, y por la noche quieren salir a tomar algo. Viven en el centro de Reus que es un sitio muy turístico».

Helena tiene un pensamiento parecido al de Pau. Comenta que «si vas a vivir al centro, debes ser consciente que siempre habrá gente y deberías acostumbrarte». Rosa cree que «ahora que hace calor y que la gente tiene las ventanas abiertas, es normal que los vecinos se quejen de los ruidos», a lo que Neus añade que «si se piensa en los vecinos, el nuevo horario es una buena medida. Siempre hay gente que necesita descansar».

Desde diferentes asociaciones de vecinos, aunque consideran que todavía es precipitado para hacer una valoración, confirman que «han notado cierta mejora». El presidente de la Federació d’Associacions de Veïns de Reus, Valentín Rodríguez, asegura que «aunque en verano se junta el ruido propio de la calle con el de las terrazas, con el nuevo horario ha mejorado la convivencia entre locales, clientes y vecinos». 

Proceso negociado

El Ayuntamiento ha abierto una treintena de expedientes sancionadores en los últimos tres años por incumplimiento de la ordenanza de terrazas y las molestias ocasionadas a los ciudadanos. El nuevo horario fue fruto de un proceso de negociación entre el consistorio y los responsables de los negocios. 

La primera propuesta que el consistorio puso sobre la mesa fue que las terrazas cerrasen a las 00.30 horas entre semana, y a la 01.00 horas los fines de semana y los festivos. La propuesta no convenció a los empresarios, que decidieron negociar un horario que permitiese más flexibilidad. En este sentido, el horario finalmente pactado permite, desde entonces, a los bares y restaurantes servir consumiciones hasta la 1 de la madrugada entre semana, y hasta las 2 de jueves a sábado, además de las vigilias de festivos. 
El objetivo común, tal y como resaltaron en su día, Montserrat Caelles, concejal de Projecció de Ciutat, y Joaquim Enrech, de Seguretat Ciutadana, «es garantizar el descanso de los vecinos». 

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