El reusense que reconstruye el amor a través de la música

El joven Guillem Porras presenta su segundo disco, ‘Reconstruction’, disponible en diferentes plataformas de distribución de audio

12 diciembre 2019 08:30 | Actualizado a 12 diciembre 2019 11:05
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«La vida es poder destruir cosas y, la clave de reconstruirlas, darte cuenta de lo que realmente importa». De ésta manera, el joven Guillem Porras desgrana la esencia de su segundo disco autoproducido llamado Reconstruction, en el que reedifica el amor a través de la música hip-hop. Está disponible en plataformas de distribución de audio como Spotify, SoundCloud, BandCamp y YouTube.

Próximo a cumplir la mayoría de edad, el reusense ha hecho sus pinitos en la música de forma totalmente autosuficiente, y con algún apoyo de amistades del ámbito audiovisual y artístico de forma colaborativa. «Empecé haciendo covers, con referentes como Michael Jackson, Eminem, Russ, Bruno Mars y James Brown; y he acabado componiendo letras (en inglés), buscando instrumentales libres en la red y grabando material en el estudio de mi casa», resume.

Es consciente que la industria de la música es complicada, pero no ha querido desaprovechar la libertad que ofrecen hoy en día las tecnologías. «No sabemos la suerte que tenemos, podemos crear, aprender y compartir por nuestra cuenta», reconoce. Su primer disco –Feelings– surgió a raíz de una temporada en la que sufrió una lesión (16) y estuvo haciendo reposo mucho tiempo. «Por aquel entonces vi la película Notorius (2009), en la que se ficciona la vida del rapero Christopher Wallace y me dije: tengo algo que contar», señala. Feelings es un autorretratro en el que se describía y explicaba cómo se sentía.

«Este segundo trabajo es muy distinto. Se nota en calidad y en temática. Sale del corazón, habla con sinceridad y, sobre todo, habla de Ruth, de una relación de unos cuatro años, con muchos sentimientos a flor de piel», matiza. El álbum surge de una ruptura, aborda la complejidad de la depresión, el querer de forma sincera y, por descontado, del perdón. Al final, las piezas se pueden volver a unir, hay reconciliación. Guillem Porras, también conocido artísticamente como MC Son, ha querido crear un relato cronológico dividido en tres frases – niñez, adolescencia y edad adulta–, todas ellas separadas por pequeñas intersecciones (skits): el enamoramiento que llega al punto álgido hasta que se sumerge en el caos. «Aunque las mentiras son malas, a veces, llegas a utilizarlas por el bien de otros. Con la música logro abrirme, contar todo esto. Es sanador. Queen Of The Night, por ejemplo, es culpabilidad pura», reconoce.

El ritmo en la sangre

Aunque con talento para la música, la desenvoltura artística de Guillem se hizo visible a través del baile, ya siendo muy pequeño. «Las canciones de Grease me inspiraban mucho. Hay una anécdota en la que tomé totalmente la iniciativa, de hecho. Tenía cinco años y, en una cena de nochevieja en un hotel de Andorra, estando con mis padres, fui a pedirle al grupo de música (que amenizaba la velada), que me pusiera una de las canciones de dicho musical, que yo ya me uniría a ellos bailando», recuerda. Y así lo hizo. Para él, el binomio perfecto del arte es baile y música, por ese orden. «Porque ante todo, soy bailarín», sentencia. Y es que la base principal de su expresión es la danza urbana, y más concretamente el popping.

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