El reusense que se doctoró en el Tívoli

Dani Cobacho Con sólo 21 años debutó en el musical ‘Hoy no me puedo levantar’. Desde entonces ha construido una carrera brillante como bailarín. Vive en Madrid

27 junio 2020 07:10 | Actualizado a 27 junio 2020 08:09
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Existen escenarios mágicos, con cierto embrujo, que atrapan a los artistas. Para Dani Cobacho (Reus, 1989), el Teatre Tívoli de Barcelona significa todo. La primera vez, el debut y la consolidación con otros espectáculos. Cobacho es bailarín casi desde la cuna. Una vocación más que un trabajo. Sus padres necesitaron corresponder su tremenda inquietud desde la infancia. Hoy ya se ha convertido en todo un profesional, con recorrido y giras a sus espaldas. Desde hace tres años reside en Madrid inmerso en el vértigo del artista. De momento, resiste y, sobre todo disfruta.

Formado académicamente en el colegio Marià Fortuny y en el Instituto Salvador Vila-seca, este reusense, criado en la zona de la plaza Pastoreta, ingresó, con ocho años, en la academia Mari Carme Fraga para iniciarse en baile clásico español, una especie de flamenco más estilizado. «Era muy pequeño y no me acuerdo de muchas cosas, aunque sí tengo cariño por Mari Carmen Fraga, que fue mi primera profesora», rememora. El afán de búsqueda y progreso constante le llevó a la Sala New York, el templo de los bailes de salón de Reus. Dani llegó a competir durante seis años de la mano de los consejos de Damaris Valdepeñas, otro personaje importante en sus inicios. Fue justo antes de coronarse en la Selectividad y emigrar hacia Barcelona. Solo cumplía 18 años.

Durante tres años cursó Teatro Musical y completó esa formación con interpretación y canto. El reusense quería descubrir todos los ámbitos del arte y demostró capacidad para adaptarse a cualquier registro. Con apenas 21 de edad alcanzó su primer gran reto, estrenarse en un musical de culto; «Hoy no me puedo levantar». Su primera actuación se dio en el Teatre Tívoli, una especie de fetiche para él, ya que lo mantiene en el templo de escenarios preferidos. «Le tengo mucho cariño porque empecé allí, además es un teatro muy bonito para actuar». De ese debut conserva grandes recuerdos. «Era muy joven y resultó muy emocionante. Al escenario le tengo respeto, pero no pánico».

Traslado a Madrid

«Hoy no me puedo levantar», provocó una gran admiración por parte del público entendido en musicales. «Teníamos muchos fans que nos regalaban muchos detalles y venían a todos los espectáculos. De hecho, todavía ahora algunos me vienen a ver en West Side Story», admite Cobacho.

West Side Story se transformó en el último proyecto en el que el bailarín se encontraba inmerso, justo antes de la pandemia. Allí coincidió con otra reusense ilustre en el mundo del baile, Júlia Pérez. Los dos pasaron a la vez el casting previo.

Para optar a ese trabajo, Dani necesitó instalarse en Madrid, un lugar en el que se siente «muy a gusto. Es una ciudad muy acogedora, el único problema es el calor en verano», sonríe. Justo antes de West Side Story, el reusense también formó parte del reparto de Dirty Dancing. Su currículum ya brilla con luz propia. Desde hace tres años reside en la capital española.

El vuelo de las giras interminables le sigue seduciendo. «Tiene la parte buena que visitas nuevos escenarios y no paras de viajar. La parte mala es que tienes poco tiempo para ver a su familia. En el descanso lo único que quieres es estar en casa descansando». Dani ya se ha acostumbrado a la vida casi nómada de los artistas. Él nació para el escenario.

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