El violinista que quería una banda de rock

Ara Malikian agota las entradas para su concierto de mañana en Reus, en el que viajará por los ‘garajes’ de su vida

16 enero 2019 12:02 | Actualizado a 11 febrero 2019 19:24
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«Mi relación con los garajes empezó en 1976, cuando estalló la guerra del Líbano. En el mundo entero las bandas más modernas ensayaban en garajes, sacaban de ahí sus sonidos y creaban un estilo que cambiaría la historia de la música. Yo no me quería quedar sin formar parte de esa movida. Yo tenía diez años y mi padre me decía para convencerme: ‘Vamos hijo, bajemos al garaje, vamos a montar una banda de rock como la de los Rollings Stones», recuerda Ara Malikian. El violinista libanés, de origen armenio y afincado en España desde hace casi dos década, llevará mañana (21.00 horas) al Teatre Fortuny de Reus su Royal Garage World Tour, con la que está recorriendo mundo. Las entradas están agotadas.

La gira recorre los ‘garajes’ de la vida de Malikian a través de los variados y exóticos estilos que han fraguado su carrera. «Reír, compartir y disfrutar de la cultura musical de cada país desde lo más profundo de sus garajes» son los «amigos» que le acompañan en sus innumerables viajes. 

Cuando era niño, «mi banda no tenía tanto rollo como la de los Stones, yo no me codeaba con Keith Richards o Mick Jagger, a mí me esperaba mi tío Nono con una trompeta abollada, mi vecino con una botella de anís y mi abuela con una mandolina. A día de hoy sigo sin verle el rock and roll pero le veo el amor y eso es más que suficiente. Después vinieron otros garajes: los alemanes, los ingleses, los parisinos, los españoles… Parece ser que estoy predestinado a ellos. Me pasan cosas fascinantes en los garajes», dice

En refugios antiaéreos

Malikian es una especie de estrella de rock de la música clásica.  A sus 50 años asimila los cambios de su vida con la misma gracia que produce su interpretación de La Primavera de Vivaldi. Ágil y con soltura ha sabido transformar las tragedias en inspiración. De pequeño pasaba horas en refugios antiaéreos en el Líbano. Fuera caían bombas durante la guerra civil. A los 15 años se marchó a Alemania con una beca sin saber el idioma. Allí fue el alumno más joven admitido en la Universidad de la Música y el Teatro en Hannover, donde recibió clases de maestros como Franco Gulli y Ruggiero Ricci.

Se convirtió en un reputado violinista nómada. Tocó como solista con las orquestas sinfónicas de Tokio, Bamberg,  Madrid y Belgrado o la de cámara de Toulouse. Para cada función se vestía con la pulcritud exigida, hasta que un día descubrió que lo suyo era la irreverencia rockera y decidió ponerse pantalones de cuero y unos chalecos que le permiten lucir sus llamativos tatuajes mientras actúa.

La obra de Malikian parte de un instrumento clásico, el violín, pero ha evolucionado para explorar otros géneros. Fusiona Bach, Schumann, Paganini o Vivaldi  con los aires flamencos de Paco de Lucía, Pablo Sarasate, José Luis Montón y el tango de Astor Piazzola, y se acelera con Led Zeppelin, Radiohead o Misirlou de Pulp Fiction.

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