Elizabeth López, comunicadora desde la cuna

La radio se había transformado en una herramienta de compañía innegociable en la casa de Isi, la madre de Elizabeth López (Reus, 1987). Ese aparato tan curioso del que salían voces informativas peculiares representó tanto para la pequeña Eli que creció con el gen prácticamente desde la cuna. Hasta el punto que con los años soñó con profesionalizar su vida en una radio. Eli se hizo mayor escuchando magazines como La Ventana, de la cadena SER. La comunicación la atrapó desde distintos ámbitos, incluso encontró en la danza otra forma ideal para expresar sus inquietudes. Sus padres la habían llamado Elizabeth como pequeño homenaje a Elizabeth Taylor. Muy vinculada a la televisión, precisamente.

La reusense cumplió su formación básica en l’Escola Pare Manyanet de Reus, uno de los centros con mayor tradición educativa de la ciudad. Pasó por el instituto Reus 3 y decidió emigrar hacia Barcelona para completar su pasión por la danza. Tres años de carrera y un paso dulce por la Academia Company and Company le permitieron perder el vértigo al escenario y comunicar desde una perspectiva más artística. La puesta en escena, el enfrentamiento con su propio cuerpo y al público, la ayudaron a romper barreras ante el miedo. En un futuro lo ha agradecido. El periodismo le abrió las puertas.

López siempre mantuvo una buena relación con la escritura. Pensó en dedicarse a la prensa escrita o a la radio, no había contemplado en la televisión una opción por lo menos para el punto de partida. Cursó la licenciatura en la Universitat Rovira i Virgili, aunque ya en primero de carrera se atrevió con las prácticas en Punt 6 Ràdio. Primero con una simple grabadora para cazar las impresiones de los ganxets en la misma calle y luego como presentadora del magazine. El idilio con Canal Reus TV apareció poco después. 

El idilio con la tele
En el último curso como estudiante vio como la televisión local de su ciudad apostaba por ella como presentadora de informativos. El primer contrato laboral. Como becaria había conocido un mundo apasionante. El proceso de grabación, edición y redacción, todo el engranaje de una tele, acabó por conquistar a la periodista, apasionada y comprometida.

Cuatro años y medio en Canal Reus provocaron un feedback fascinante con la ciudad. Elizabeth entró en la casa de los ciudadanos. Muchos la consideraron una familiar más. Hasta el punto que algunas mujeres, cuando se la cruzaban por el centro, pensaban en su estilismo más que en su faceta informativa. Llegaron a aconsejarla varias veces sobre el tipo de peluquería que le favorecía más. Gajes de la popularidad.
La relación con Cuní

El inconformismo y el afán de mejora llevaron a la reusense a probar suerte en otros horizontes. Barcelona, concretamente. Superó un casting para 8TV y disfrutó de la exigencia que transmitía Josep Cuní a sus redactores de informativos. Cuní es una de las figuras con mayor relevancia del país y Eli recuerda con cariño desmesurado su relación con él. Un Máster de aprendizaje y de supervivencia. Precisó adaptarse a los secretos y complejidades de una gran ciudad, en las que se instaló sin apenas contactos. 

El ciclo de Elizabeth López ha fructificado en La Sexta. Un año después de presentar currículum le surgió una oportunidad para cubrir sustituciones, como redactora política y en términos relacionados con el Procés catalán. Apareció por la cadena para tres meses y ya cumple dos años. Por la ciudad ha vivido situaciones casi surrealistas como la del atrevimiento de unas señoras de a pie que le colocaron bien el cabello antes de entrar en plano o, por ejemplo, la casualidad de encontrarse a un ganxet de Reus en Lledoners.

El excelente trabajo que ha realizado en Barcelona y el traslado de la situación catalana a Madrid, con el juicio a los presos políticos, ha provocado que la cadena la haya incorporado a la capital dentro de la sección nacional de La SextaNoticias. Reside en el centro y goza de un nuevo desafío laboral. Su destino estaba escrito. Comunicó prácticamente desde la cuna.