Enric Majó protagoniza una adaptación de ‘El Jardí de la Senyora’ en el Fortuny

El director reusense Francesc Cerro dirige hoy su propia versión de la obra de Chéjov

04 diciembre 2018 11:59 | Actualizado a 04 diciembre 2018 12:02
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El dramaturgo y director reusense Francesc Cerro-Ferran cierra esta noche de martes (21 horas) en el Teatre Fortuny el ciclo Grans Mestres con su propia versión de El Jardí de la Senyora de Antón Chéjov. La obra está protagonizada por el actor Enric Majó, que debuta en el mundo del monólogo teatral.

Majó, uno de los intérpretes más destacados de la escena catalana, encarna al personaje de Lopakhin, un nuevo rico procedente de la clase más baja de la sociedad rusa de finales de siglo XIX que ha ido escalando socialmente y ha llegado hasta extremos que nunca habría podido imaginar cuando era niño.

Lopakhin representa la eclosión de una nueva clase media-baja procedente de estratos como la servidumbre.

Sin perder el simbolismo original de Chéjov, en esta adaptación tiene un peso específico el subtexto y los silencios, «llenos de sentido y significado, tragicómicos y titubeantes, que muestran indudablemente la incapacidad del ser humano para asumir los giros repentinos de la vida, a la vez que también abren una puerta a un incipiente espíritu de revuelta en un mundo gobernado por la mediocridad», explica Cerro-Ferran.

Esta producción es una «profecía» del cambio que estaba a punto de ocurrir en una Rusia imperial donde los sustratos de clase obrera eran tratados prácticamente como ganado. «En lugar de los 18 personajes de la obra original, hay solo uno. Pero mantenemos los factores más importantes: la capacidad de los personajes de adaptarse a una nueva situación y el drama que supone para aquellos que no son capaces de hacerlo, que es lo que le pasó a la aristocracia rusa.

Fue incapaz de adaptarse a una Rusia con una clase media incipiente que auspició el cambio hacia una comunidad en la que el proletariado mandaba», apunta el director reusense.

El espectáculo, que dura aproximadamente 80 minutos, consta de siete escenas unidas por siete transiciones audiovisuales que lanzan los pensamientos más profundos y escondidos del personaje encarnado por Enric Majó. 

El ciclo Grans Mestres, que este año ha girado en torno a teatro y poder, cerrará con cerca de 1.300 espectadores en sus siete funciones. La media de ocupación es del 63%. «Se ha consolidado en las últimas ediciones como una propuesta que despierta el interés de un público que aprecia la selección de los textos y su interpretación conjunta, con una puesta en escena cuidadosa y minimalista que acompaña y proporciona la fuerza necesaria para cada interpretación», apunta Josep Margalef, gerente del consorcio del Teatre Fortuny de Reus.

 

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