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El céntrico colegio concertado Sant Josep de Reus inició el curso escolar con el anuncio de que contaría con una zona habilitada de aparcamiento reservado para padres y madres. Una noticia que cayó con gracia y que se recibe entre aplausos, pero que tras poco más de un mes de poner los estacionamientos en uso, les sabe a poco.
«No os engaño cuando os digo que es la primera vez que puedo aparcar en una de las plazas reservadas. ¡Y mirad que hora es!, he tenido que venir 20 minutos antes», señala Amparo González, quien a las 12.30 ya está esperando la salida de sus nietas, a las 12.45 y a las 13.00. Normalmente, explica, tiene que dar vueltas y dejar su vehículo «aparcado de cualquier manera en las calles de los alrededores».
«Lo veo una muy buena idea, pero solo hay cuatro ¡y mira que la calle Balmes es larga!» señala Juan Durán, que añade que «es una lástima, porque con tan pocos no se percibe la mejora en cuanto a movilidad». Eso sí, aplaude «la comodidad de la iniciativa»: la zona de estacionamiento se encuentra justo enfrente a la salida del colegio que utiliza su nieto, cosa que le permite esperarlo delante sin tener que salir del coche.
Otros familiares que esperan la hora de salida de los estudiantes y que suelen ir andando coinciden con los conductores: son muy útiles, pero faltan más. «Me parecen una gran ayuda porque aumentan la seguridad de las entradas y las salidas ya que han reducido un poco los atascos, cosa difícil en un sitio tan céntrico», señala Miriam Díaz. Lo difícil: ser de los pocos afortunados que puede aparcar en uno de ellos. «No estaría de más buscar la forma de introducir estas zonas reservadas en alguna de las calles de los alrededores. Ahora mismo de poco sirve. A veces incluso veo que hay furgonetas que las ocupan como espacios de carga y descarga», señala Víctor, padre de un alumno que decidió dejar de ir al colegio en coche a pesar de vivir a 30 minutos andando.
Un éxito en otras ubicaciones
En este curso 2020-21 también se estrenó una zona reservada para el estacionamiento escolar en la escuela ARCE. Concretamente, en la calle Doctor Ferrán. Con estas dos nuevas incorporaciones, Reus suma un total de 16 áreas, en 16 centros educativos distintos, que de 7.30 a 9.30 y de 11.45 a 18.00 horas son de uso exclusivo para familiares de los alumnos.
Tras una prueba piloto en 2015, aplicado en la escuela Joan Rebull y el colegio La Salle Reus, y en vista de los buenos resultados que se daban sobre todo en términos de seguridad, pero también por las mejoras en movilidad, el consistorio ha ido aplicando este recursos a través de las peticiones de las asociaciones de Madres y Padres de Alumnos, ampliándolo en sitios como el IES Baix Camp, la Escola Misericòrdia, la Escola Bressol Municipal l’Olivera o el Institut-Escola Pi del Brugar.
El pasado mes de noviembre, esta zona de ‘carga y descarga’ de niños se inauguró en la escuela La Presentació, concretamente en la calle Alt de Sant Pere y en la calle Doctor Robert, dónde se quitaron varias plazas de zona azul. En este caso, los familiares de los estudiantes remarcaron la comodidad de las zonas y la mejora en la movilidad, un asunto pendiente desde hacía tiempo dado al elevado número de vehículos que transitan por las calles céntricas de alrededor del colegio. En el caso del Joan Rebull, destacaban el aumento de seguridad dado que las zonas, que delimitan también un carril de paso para peatones, solucionó los problemas de la avenida Joan Rebull: una vía de doble carril, que se llenaba de coches aparcados en doble fila.
