«Hacemos más horas para poder sacar el trabajo»

Las citas previas y la reducción de aforos en los establecimientos han obligado a modificar y alargar los horarios del comercio, mientras el teletrabajo extiende las jornadas

15 mayo 2020 19:12 | Actualizado a 15 mayo 2020 19:14
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

El confinamiento ha regulado los horarios. En la primera fase de desescalada el reloj marca por edades las horas en que se puede salir, hacer ejercicio o conciliar tiempo familiar con los niños al aire libre. El 70% de la población dice seguir horarios o rutinas durante el confinamiento, un 21% lo ha intentado pero no lo ha cumplido y el resto ni siquiera se lo ha planteado, según una encuesta realizada por Axicom.

Los que trabajan fuera de casa y los empleados de los sectores esenciales, como los del sector de distribución y venta de alimentos, tuvieron otros horarios.
Las grandes cadenas cerraban antes, hasta tres horas menos en el momento más extremo de contagio. Pero con la primera fase de normalidad esas tiendas vuelven a extender sus horarios, sin cerrar a mediodía.

En vez de reducir el tiempo de atención, la tendencia posconfinamiento va en sentido contrario. Más horas de apertura, según vaticina José Luis Casero, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (Arhoe). «Se han roto los esquemas por la demanda de los usuarios, que eligen las horas dentro de la obligación legal de las fases de desescalada. Se ha creado ya una multiplicidad de horarios porque hay una multiplicidad de demanda en el mercado, según las edades. El margen amplio que había depende ahora de los aforos, las colas para entrar, las citas. Esa necesidad rompe los límites horarios». 

Para esta semana, el 44% de la población ha realizado una cita previa en algún comercio, según una encuesta realizada por Ipsos. ¿Puede un cliente esperar una semana a que llegue su turno? «Una peluquería, por ejemplo, va a estar abierta 20 horas, pero no con un único peluquero trabajando. Serán tres por turnos. Igual pasará con los comercios, que tendrán una limitación de aforo», responde Casero, que advierte que también están en riesgo los derechos laborales. 

La conciliación, que durante el estado de alarma se ha ido afinando dentro de casa, volverá a peligrar. «La conciliación es personal y muy complicada», dice Casero. «Hay que establecer turnos de trabajo para esas horas en que terminan los colegios, pero no deberían palmar siempre los mismos. Habrá que atender a las necesidades particulares e intercambiar los horarios pero sin imposiciones. Porque si a alguien le das a elegir entre tener trabajo o pasar tiempo con los hijos, elige lo segundo. Y las empresas pueden perder mucho talento».

Lista de espera de casi un mes
Anna Martos regenta una peluquería en Reus y explica al Diari que, desde este pasado lunes que reabrió su negocio, ha tenido que ampliar las horas de trabajo para poder aligerar la lista de espera. «Antes cerraba los lunes, pero ahora los trabajamos. Eso significa que hacemos siete horas más a la semana, pero es necesario porque tenemos la agenda llena hasta casi mediados de junio. Preferimos hacerlo así que tener que quedarnos más horas cada día».

Aunque van sacando el trabajo bien, Anna comenta que «solo podemos hacer unos siete u ocho clientes porque se pierde mucho tiempo con las tareas de desinfección y limpieza», y añade que «también nos damos un descanso de dos horas al mediodía para ir a comer porque lo necesitamos. Trabajar con tanto producto desinfectante fuerte es agotador y lo notamos».

El teletrabajo
El teletrabajo alcanza ya a la tercera parte de los que han conservado sus empleos. Uno de cada tres no se quita el pijama y así como no tienen disciplina para deslindar el despertar con el comienzo del horario laboral, tampoco la tienen para terminar la jornada. De los que trabajan en casa, más de la mitad (57%) tiene dificultades para terminar de desconectar, según la encuesta de Axicom. El 5% se viste solo de la cintura para arriba, debido a las videoconferencias.

 «Lo que hemos vivido y vivimos no debería llamarse teletrabajo ni conciliación», opina Casero, que considera que el clima, el espacio, las herramientas técnicas, las relaciones familiares y la prevención de riesgos laborales son factores que también deben tomarse en cuenta. 

 El secretario general deUGT en Tarragona, Joan Llort, tiene claro que «el teletrabajo se tendrá que regular en los convenios porque no está bien definido. Ya existía, pero a partir de ahora se ha descubierto y será una nueva tónica, por lo que las empresas tienen que proporcionar los mecanismos necesarios a los trabajadores para poder desarrollar este teletrabajo con plenas garantías», dice. Y añade que «hay que aplicar sistemas de fichaje telemático y flexibilizar la jornada para no hacer más horas de las que hay que hacer».
 

Comentarios
Multimedia Diari