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El pasado miércoles por la tarde, un fuerte hedor alertó a los vecinos de un piso de la calle Monestir de Poblet de Reus. El piso lo comparten varias personas, que alquilan habitaciones. Según comprobaron, una de las inquilinas, una mujer de 57 años, había muerto en su habitación. Los vecinos llamaron a emergencias y se activaron una ambulancia y varias dotaciones de los Mossos d’Esquadra, que acudieron raudos.
Al llegar al lugar de los hechos, hacia las 19.00h del miércoles, los sanitarios comprobaron que la mujer llevaba muerta varios días. Fuentes de la policía catalana hablan de «avanzado estado de descomposición». De hecho, los agentes tuvieron que entrar en el domicilio con máscaras.
Como ocurre siempre en estas situaciones, una delegación judicial y un médico forense se personaron en el lugar de los hechos. Los Mossos descartaron rápidamente la muerte violenta, aunque no indican la causa de la muerte de la mujer. La autopsia, el resultado de la cual no ha trascendido, será la encargada de dar una explicación exacta de la muerte de la mujer, aunque todo apunta a causas naturales, aunque fuentes de los Mossos no descartan ningún escenario, tampoco la ingesta masiva de medicamentos.
Sin contacto
Lo que sorprendió a los agentes y también a los vecinos que se congregaron a las puertas del domicilio al ver el despliegue policial que se produjo, es que los compañeros de piso no se percataran de la muerte de la mujer hasta varios días después de producirse. Al menos, habrían pasado 48 horas. Según los vecinos, el piso lo compartían varias personas, que alquilaban habitaciones. Uno de los inquilinos asegura al Diari que no coincidía con la mujer por horarios. «Ella se levantaba pronto para ir a caminar y se iba a la cama muy temprano. Yo me levantaba más tarde».
