Síndic de Greuges de Reus: «Hay que trabajar para crear un espíritu cívico»

Entrevista. Sentimiento de identidad. El Síndic recuerda los puntos sostenibles marcados por la ONU para el 2030, un reto ambicioso, pues queda «mucho por hacer»

13 septiembre 2020 10:40 | Actualizado a 14 septiembre 2020 08:11
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Las cuestiones de ámbito social son las que encabezan el listado de consultas y quejas que han ido llegando a la Sindicatura de Greuges de Reus en lo que va de año. Hasta el momento, han abierto una serie de expedientes marcados por la incertidumbre provocada por un nuevo contexto, el de la llegada de la Covid, que además «ha ralentizado muchos procesos burocráticos», dice el Síndic de Greuges de Reus, Pere Pagès, quien ha estado al frente de la Sindicatura durante dos mandatos. Confiesa haber aprendido mucho y añade que «hago un balance positivo».

¿Qué ha aprendido estando en el cargo?

El trato con la gente, después de tantos años, te enriquece y lo hace de forma recíproca, además. Para mí, ser Síndic ha significado una oportunidad para devolver a la ciudad todo lo que me ha dado. Éste ha sido el espíritu que me ha movido todo este tiempo, ya sea para guiar a la ciudadanía en los aspectos más burocráticos y administrativos como para intentar solucionar una consulta determinada. Cuando elaboramos la memoria, solemos hacer una distinción de lo que son quejas y lo que son consultas. Cada año decimos lo mismo: toda queja tiene una parte de consulta y toda consulta, una parte de queja.

En 2019 abrieron 367 expedientes. ¿Sacan conclusiones si el número va al alza o no con los años?

Son arbitrarios, oscilan y, a veces, se trata de puro azar. Desde que se creó este organismo, en 2001, cada vez hay más gente que nos conoce. Que haya más o menos quejas no supone que las cosas vayan mejor o peor en la ciudad, sino que guiamos a las personas hacia la concejalía correspondiente y salen de la Sindicatura informados. Incluso hemos derivado a gente a Consum, salen con trámites formalizados o, al menos, agilizados. Aunque mi formación jurídica (de mi ocupación anterior como abogado) me ayuda, lo que aporto como Síndic –durante una consulta– es el componente humano. La clave de la Sindicatura es que escuchemos a la gente.

El ruido por el ocio nocturno encabezó la lista de quejas en 2019. ¿Cuál es la problemática actual marcada por la Covid?

Cuestiones sociales y de incertidumbre laboral, preguntas de la renta garantizada, el ingreso mínimo vital, multas atrasadas y temas de empadronamiento son algunas de las cuestiones más habituales. Cuando activamos el servicio de atención telemática durante el confinamiento, recibimos numerosas llamadas. Creemos que, aunque el Síndic es conocido, durante esa temporada también hubo gente que no pudo dirigirse a nosotros y la fractura digital fue una de las razones. El perfil de gente que acude a nosotros es heterogéneo: normalmente no saben dónde ir para solucionar su problema o les ayudamos a interpretar un expediente administrativo. Un rasgo curioso es que viene mucha gente de pueblos de los alrededores y, aunque no abarcamos la zona, hemos solucionado el asunto o derivado al Síndic de Greuges de Catalunya. Hay pueblos sin esta figura.

Ha habido quejas de grupos municipales sobre la suciedad en las calles, ¿la ciudadanía se lo ha trasladado?

Sí, este tema está relacionado con el de las basuras, es bastante recurrente y se solucionan bastantes, aunque el hecho de que haya calles concretas que estén sucias también nos remite a lo que tenemos fijado como objetivo sostenible para 2030. Hemos de avanzar hacia el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible marcados por la ONU. Hay que trabajar para crear un espíritu cívico y querer la ciudad. Aunque parezca utópico, ¿por qué no convertimos las azoteas o terrazas en zonas verdes? El reto que tenemos para 2030 es muy grande y queda mucho por hacer.

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