Jordi García: «Echamos de menos el trato personal pre-Covid»

Entrevista. Marcados por la pandemia. La entidad lucha por buscar más fuentes de financiación y reclama que se apueste por los sectores vulnerables a los que, esperan, «no se les apliquen más recortes»

22 agosto 2020 07:50 | Actualizado a 22 agosto 2020 10:34
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Jordi García es el presidente de la Associació de Salut Mental Dr. Tosquelles desde hace unos años, aunque también perteneció a la junta anteriormente durante tres años como vocal. «A lo sumo, hace una década aproximada que estoy vinculado a la entidad», apunta. Hace un buen balance y asegura que ha observado una «evolución», pues se han creado grupos de trabajo (de comunicación, de búsqueda de financiación, de calidad de servicios y participación) que «han impulsado la asociación» y «se ocupan de hacerla visible a la población de Reus y alrededores», expresa.

¿Qué tareas tiene como presidente de la entidad?

Acompañado de la junta, organizamos y validamos la viabilidad de las sugerencias que nos llegan de los socios (que colaboran económicamente), así como de los usuarios a los que van destinados los servicios que prestamos de forma gratuita, pues desde 2014 fuimos declarados de utilidad pública.

Acumulan años de trabajo y dice que ha habido una «evolución». ¿En qué sentido?

Desde 1997 ofrecemos herramientas para mejorar la calidad de vida de las personas con problemas de salud mental y sus familias, aunque seguimos innovando en la medida que el tejido benefactor y nuestro presupuesto nos lo permite. Luchamos contra el estigma y trabajamos en la integración y la reinserción total, ya sea con charlas de sensibilización en centros educativos (ahora paradas), actos sociales como caminadas o el vermut solidario.

¿Cómo ayudan a los usuarios?

Con servicios de atención a familias (1), donde orientamos a las personas que padecen de un trastorno o a sus familiares. Lo realizamos de forma grupal e individualizada. También realizamos actividades de convivencia. Trabajamos la inclusión y rehabilitación comunitaria con ocio o voluntariado (2). En la rama de ‘habitatge’ (3), también brindamos apoyo a quien quiere vivir en comunidad. En un futuro, nos gustaría adquirir un piso para crear grupos de iguales. Y, en el ‘Programa d’Autonomia Personal a la Pròpia Llar’, ofrecemos apoyo para mejorar la autonomía en el hogar, ya sea con servicios de acompañamiento integral o de apoyo en el propio domicilio.

Por último, está el área asociativa (4) en la que agrupamos los diferentes servicios y proyectos que tenemos para darlos a conocer en la comunidad.

¿Cómo les afecta la pandemia?

Al ordenarse el confinamiento, tuvimos que contactar a los usuarios para conocer su realidad. En algunos casos no tenían acceso a las tecnologías para poder comunicarse telemáticamente o participar en una actividad con el ordenador o el móvil. En su defecto, los llamábamos por teléfono para hacer seguimiento, para saber si estaban bien en caso de vivir solos. Echamos de menos el trato personal pre-covid, la atención cara a cara ha sido complicada de gestionar en el confinamiento. Con los que sí hemos podido, hemos hecho talleres semanales virtuales. El futuro es incierto siempre, sólo deseamos que a los sectores más vulnerables no se les apliquen más recortes. En el tema de financiación pública, pasamos por etapas muy complicadas.

¿Cuántos socios tienen en la entidad?

En 2019 lo cerramos con 95 personas socias, 28 voluntarias, seis trabajadoras y atendimos a 320 de perfiles heterogéneos.

¿Cómo trabajan la inclusión y la rehabilitación comunitaria?

A través de actividades internas, externas y autogestionadas que fomentan las relaciones sociales (Club Social ‘El Porxo’), dando la posibilidad de que el usuario disfrute de un fin de semana fuera del núcleo familiar (proyecto Respir) o ocupando su tiempo libre con acciones de voluntariado en otras entidades (VoluntàriaMent), tarea que ahora no podemos desempeñar.

En 2019, 154 personas fueron atendidas en la rama de servicios de inclusión y rehabilitación comunitaria. Destacamos la importancia de personalizar las acciones. Por eso, hay que hablar del servicio del Club Social de Joves. Y es que el perfil de un adolescente es complejo de abordar y dedicamos una atención individualizada, conforme a sus necesidades.

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