La Fundació Pere Mata amplía en Reus el programa de pisos asistidos

La institución ha acreditado 3 viviendas, que suman 9 plazas, con el objetivo de potenciar la autonomía personal y favorecer la integración social de personas con una enfermedad mental

19 mayo 2017 21:54 | Actualizado a 22 mayo 2017 12:56
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La Fundació Pere Mata ha ampliado recientemente el programa de recursos relacionados con la vivienda. Lo ha hecho con tres nuevos Hogares con Apoyo en Reus, que suman un total de 9 plazas, para alojar a personas con problemáticas derivadas de una enfermedad mental. Son viviendas integradas en una comunidad de propietarios, donde residen entre 3 o 4 personas que reciben apoyo externo eventual. Concretamente la atención se centra en dos horas diarias los 365 días del año.

Actualmente todas las plazas están ocupadas, de hecho 5 de los usuarios proceden de un Hogar-Residencia, que es otro de los recursos de la fundación. «Como ya habían adquirido los hábitos de autonomía necesarios consideramos que estaban capacitados para residir en un piso asistido, o lo que es lo mismo, un Hogar con Apoyo», explica Maria Josep Delor, directora de la Xarxa Social de Salut Mental. La misma subraya que esta es la circunstancia «deseable», es decir, que «la evolución favorable de los usuarios les permita a lo largo de su vida cambiar de recurso de vivienda. Aunque en ocasiones esta circunstancia no se produce».

La fundación ya disponía de este recurso en otras ciudades como Tortosa, Vilaseca y Tarragona. Con los pisos de Reus las plazas ascienden a un total de 26. Actualmente la fundación está pendiente de acreditar otras tres viviendas más en Salou.

Las personas que acceden a los recursos de vivienda de la Fundació Pere Mata tienen alguna problemática de salud mental. Maria Josep Delor recalca que «todas ellas están vinculadas a un tratamiento farmacológico y ambulatorio a través de un equipo médico de la Xarxa de Salut Mental».

Autonomía personal

A la hora de escoger el recurso residencial más adecuado para cada usuario se valora la autonomía de cada persona, aunque es más importante, según señala la directora, «que la persona usuaria acepte vivir en la vivienda, porque puede ser que el recurso que le ofrecemos no sea el que él quiera».

 La atención

Los cuidados que los usuarios reciben en los llamados Hogares con Apoyo restan en manos de una coordinadora, más dos personas de apoyo para cada vivienda, que se encargan de ‘supervisar’ los pisos. «El tiempo se dedica a programar las tareas domésticas, las visitas médicas, revisar la limpieza de la vivienda y la higiene personal de los usuarios, programar actividades ‘extras’, etc.,», detalla Anna Pérez, monitora de las viviendas. La responsable también destaca los beneficios positivos de compartir una vivienda con otras personas con problemáticas similares. «El hecho de no depender de la familia mejora su autoestima. Al final todos se sienten como en casa y entre ellos pueden apoyarse y comprenderse, más allá del seguimiento profesional», señala Anna Pérez.

La Fundació Pere Mata tiene una lista de espera de personas interesadas en formar parte del programa de vivienda de la entidad. Las peticiones se gestionan a través de una mesa técnica con la participación de los departamentos de Benestar Social y Sanitat, los recursos de la Xarxa de Salut Mental y los Recursos Socials. «Lo que hacemos es ponderar cada situación y evaluar los casos más urgentes para encontrar el recurso más adecuado», señala Maria Josep Delor, quien añade que «los recursos de vivienda complementan la rehabilitación de las personas con una enfermedad mental. Sin este apoyo no serían capaces de vivir en comunidad y gracias al programa pueden hacerlo».

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