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La Generalitat de Catalunya ha propuesto Reus como una de las ciudades en el que habilitar una oficina para tramitar denuncias de actos y conductas LGTBIfóbicas. El conseller de Treball, Afers Socials i Famílies, Chakir El Homrani, propuso al gobierno local que el Ayuntamiento de Reus se postule como una de las sedes. Lo hizo tras visitar el Punt d’Atenció a la Diversitat Sexual municipal y conocer su evolución. Desde la Generalitat se está estudiando la creación de estas oficinas –hasta ahora las denuncias tienen que hacerse en los Mossos d’Esquadra– y se plantean que no solo haya en un espacio Barcelona, sino que los consistorios de otros municipios puedan tramitarse las denuncias.
Así lo explicó al Diari la concejal de Benestar Social, Montserrat Flores, quien señaló que esta propuesta, que todavía tiene que ser estudiada por el Govern y valorada por consistorio, se ve con muy buenos ojos desde la concejalía. «Lo entendemos como un reto en el que vale la pena trabajar», explicó Flores, añadiendo que «hay que ver qué nos exigiría, pero poder ofrecer este servicio sería un plus que nos haría ser una ciudad con menos discriminaciones».
Reus fue el primer municipio en firmar el convenio con la Generalitat para implantar el Servei d’Atenció Integrat LGTBI –en marzo de 2017– que impulsa políticas que garanticen el derecho de las lesbianas, gays, bisexuales, transgeneros e intersexuales y erradicar la LGTBIfobia. Aquí es donde entra en juego el Punt d’Atenció a la Diversitat Sexual, ubicado en el Casal de Dones, dónde un equipo formado por técnicas y miembros del colectivo H2O –Col·lectiu Gai, Lesbià, Bisexual i Transsexual (GLBT) del Camp de Tarragona– ofrecen atención a personas del colectivo y su entorno. «Tenemos mucha suerte de contar con la colaboración de H2O, un colectivo histórico que han pasado de la reivindicación al trabajo, concienciación y dinamización», señala Flores.
Este punto de atención no ha parado de crecer desde su impulso en 2017. En su primer año hizo nueve atenciones a siete personas; en 2018, 28 atenciones; en 2019, 31 atenciones a 20 personas y, finalmente, el año pasado, 49 atenciones a 31 personas.
En el Punt d’Atenció, entre otras, tramita el cambio de nombre en la tarjeta sanitaria y sirve como espacio de resolución de dudas y acompañamiento a personas del colectivo LGTBI y sus familiares. «Sobre todo hay mucho miedo al entorno. Miedo sobre cómo decirlo en la escuela/instituto», explica Alba García, apoyo técnico del servicio, que añade «en otros casos, hacemos un trabajo de atención a la familia dónde hay alguien que está haciendo el cambio de género y no se sabe cómo afrontarlo». En este sentido García explica que los cambios sexuales son los puntos más atendidos y que durante el último año han incrementado mucho los usuarios transexuales menores de edad. Sin embargo la mayoría de usuarios son gente entre 18 y 35 años (11), por delante de los de 36 a 55 años (8) o de más de 55 (5).
Un psicólogo y abogado propio
Berta Mascaró, presidenta de H2O explica que uno de los aspectos más importantes del Punt es el apoyo que se da a nivel técnico y emocional: «intentamos quitar muchos estigmas y tabúes que se arrastran». En este caso, destaca la importancia de crear un entorno seguro de conversación y confianza. Ejemplifica que en el caso de una persona trans: «intentamos acompañar emocionalmente, ver si el que le pasa es que no está a gusto con la masculinidad o si es que realmente es trans, sin invalidar nada».
Mascaró y García coinciden en que sus retos de futuro son poder contar con psicólogo y abogado propios, ya que, actualmente, la parte legal la derivan al SIAD o al Col·legi d’Advocacia. En este sentido, Flores, concejala de Benestar, coincide con el reto: «queremos ampliar el servicio y especializarlo cada vez más». El crecimiento y buen funcionamiento del Punt les llena de razones.
