La ‘Gran familia Fortuny’ y el club de los 1.007

Sanidad. El Centre d’Atenció Primaria Marià Fortuny cumple hoy veinte años de funcionamiento con un crecimiento asistencial y una estructura de setenta profesionales

28 diciembre 2020 06:20 | Actualizado a 31 diciembre 2020 10:29
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‘La Familia Fortuny’ empezó su historia hace veinte años cuando un grupo de profesionales de la sanidad emprendieron un camino arriesgado. Había que hacer funcionar un área de asistencia básica recién estrenada en el sur de Reus: el ABS Reus V, o Centre d’Atenció Primaria (CAPI) Marià Fortuny. La plantilla estaba formada por miembros del Institut Català de Salut y del Grup Sagessa al 50%. Un grupo destinado a entenderse y coordinarse para dar asistencia a 18.900 habitantes de los barrios Fortuny, Juroca, Montserrat o Aigüesverd, entre otros, en una zona en crecimiento poblacional.

«Hubo un momento que se me presentaron dos caminos en la vida: hacer de fija sustituta en el Hospital Sant Joan o coger el brazo de Montse Buqué (Coordinadora de Enfermería en el CAP). Tuve compañeros del servicio de urgencias del Hospital, cobrando las remuneraciones pertinentes, que optaron por la calidad y no por la cantidad, perdiendo trienios o quinquenios», explica Sandra Paixa, enfermera pediátrica. Ella hizo la primera guardia en el CAP Fortuny: «Cobrábamos 1007€, pero con Loli nos miramos y dijimos: ‘hemos ganado en calidad de vida, ahora somos del club de los 1007».

Con el paso del tiempo, estas dos sanitarias abandonaron el club. En parte porque Loli Villarreal -médico de Atención Primaria y Asistencia Domiciliaria- impulsó, con otros compañeros, el comité de empresa de las cinco áreas básicas de salud. Hoy, no se arrepienten de su elección: «Volvería a hacerlo. Profesionalmente y personalmente crecí muchísimo en atención primaria respecto a mi trayectoria en el Hospital. Ahora tengo una experiencia y un conocimiento importante», señala Villarreal.

Ellas son solo dos de los 70 trabajadores con los que cuenta actualmente el CAP Fortuny. La gran mayoría con una antigüedad igual o muy similar al centro. Sus trabajadores crecido y han visto crecer el centro. A nivel asistencial, pero no solo por el número de pacientes, que se ha ampliado hasta los 28.500; sino también por las áreas que se han ido desarrollando y aumentando. Así lo explica la Responsable administrativa, Manoli Cruz Román, que destaca desde la inclusión de la residencia Marià Fortuny a las instalaciones en 2015 (que pasaron a ser CAPI), a la apuesta por la salud comunitaria que realizan desde el 2003 o la integración de un psicólogo y psiquiatra en el CAP.

Durante estos años han vivido varias emergencias de vida o muerte en los que la plantilla ha demostrado ser un equipo. La última y reciente prueba, la reacción frente la crisis del coronavirus. «Ante una situación de incertidumbre y cambios nos ayudó mucho la piña que hicimos con los profesionales», explica la doctora Buqué. «Era impresionarlo verlos trabajar aún con las condiciones que tenían. Nadie se borró ante el miedo e incluso diseñaron EPI’s con bolsas de la basura» explica Patricia Ricard, la Trabajadora Social del CAP, añadiendo que desde las distintas áreas «tuvimos clarísimo que nos quedábamos a pie de cañón batallando al nivel que pudiéramos».

Integrar la salud y lo social

Pero la diferencia del CAP Fortuny con el resto de la zona es que nació arriesgándose en su tiempo: impulsó la consulta enfermería pediátrica; contó desde el primer momento con un servicio de nutricionista y fue la primera ABS en integrar el servicio de Integración Social.

«Permitió tener acceso directo a todo el sistema de recursos municipales. Una coordinación directa para abordar problemáticas o casos; un fluido de información para acotar recursos, diagnósticos y minimizar fallos», explica Ricard, que señala que «el mapa poblacional que tenemos está marcado por barrios con una idiosincrasia muy particular: inmigración, una población muy envejecida y barreras arquitectónicas. No ha sido fácil, pero desde el principio se apostó por ello».

En ese aspecto, sus compañeras comparten la importancia de su labor. «La salud tiene una vertiente social, sí o sí, el futuro pasa por integrar estas dos ramas», defiende la Jefa de la ABS Fortuny, la Dra. Rosa M. Serrano. Gracias a este trabajo, explica, «la gente viene y quiere venir, porque se ha hecho una gran labor y somos resolutivas ante el diagnóstico clínico y social». En esta línea, la Dr. Boqué añade que este servicio «es clave, dado que nos ayuda a trabajar de forma coordinada y acceder a grupos que de otra forma sería imposible».

Hoy deberían celebrar el 20 aniversario con un pica pica ‘gourmet’ de recetas caseras. No podrá ser así. Sin embargo el CAP Fortuny tiene un gran futuro por delante. «Al inicio teníamos mucha ilusión, pero la seguimos teniendo y la tendremos hasta el último día. Esto es lo que marca el motor de este equipo», subraya la Doctora Buqué. «Los que vienen se quedan, y esto es síntoma de algo», destaca la Dra Serrano. «Deberíamos cambiar el nombre a ‘La Gran Família Fortuny’», bromea Sandra Paixa.

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