La asociación del barrio Niloga se asegura el futuro y busca ampliarse

La entidad tiene que dejar el actual local por un desacuerdo sobre el alquiler y ahora busca un nuevo espacio

11 octubre 2019 09:40 | Actualizado a 16 octubre 2019 09:27
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La asociación vecinal del barrio Niloga continuará adelante y lo hará de la mano de una nueva junta encabezada por Josep Ramon Ferré. Antes de verano, el futuro de la entidad era incierto: una orden judicial obligaba a cerrar el local social del barrio tras acumular un largo periodo sin pagar el alquiler por diferencias con el banco, propietario de los bajos de la calle Frederic Soler. Además, la entonces presidenta de la Associació 25 de Setembre, Angelina Pla, anunciaba que dejaría el cargo tras 15 años.

La situación del local no ha cambiado, y las llaves las tendrán que depositar en los juzgados el 9 de noviembre. No obstante, un nuevo grupo de vecinos ha tomado las riendas de la asociación con la prioridad de encontrar un nuevo local para poder seguir con la actividad vecinal. Fue en una asamblea celebrada este miércoles por la noche que se decidió el futuro de la asociación. El vecino Josep Ramon Ferré presentó candidatura y, a través de votación, se disolvió la junta presidida por Angelina Pla y se configuró la entrante. «Aún no se ha hecho ninguna gestión, porque no sabía si la candidatura reuniría los apoyos suficientes», explicaba Ferré. Según señaló, «la intención es poder trasladar todo el material del local a cualquier espacio que alguien nos pueda ceder y, de mientras, buscar uno de nuevo», a lo que los miembros de la junta saliente expusieron que habían elaborado un inventario con posibles locales de interés.

De esta forma, un nuevo grupo de vecinos intentará dar continuidad a una asociación que en los últimos años ha tenido dificultades. El local que el próximo 9 de noviembre tienen que dejar es propiedad de un banco y el alquiler es de 660 euros al mes, una cantidad difícil de asumir con los 90 abonados de la asociación. Los problemas que han terminado evocando a una orden judicial empezaron cuatro años atrás, cuando la propiedad cambió de entidad bancaria y se actualizó el precio del alquiler, pasando de 300 a 660 euros. Se intentó revertir la situación, pero el acuerdo al que habrían llegado propiedad y asociación no se concretó, hasta que, hace unos meses, la Associació de Veïns 25 de Setembre recibió una orden judicial.

«La ciudad es la suma de barrios»

«Es muy importante que existan las asociaciones vecinales, porque nadie conoce mejor los problemas de cada zona que los propios vecinos», explica el presidente de la Federació d’Associació de Veïns de Reus, Marcos Massó, quien destaca que la ciudad «es la suma de las partes».

Las asociaciones son importantes, aunque, como señala el presidente de la Associació I de Maig, Eduardo Navas, «son 24 horas al día y aguantando amenazas». Él está al frente de la asociación vecinal desde hace años y asegura que, a veces, siente que «las administraciones nos dejan de lado. Es por este motivo que tenemos que existir, para luchar por el bienestar de nuestros vecinos».

En el caso de Mas Vilanova, el presidente Valentín Rodríguez remarca la gran implicación de los vecinos. «Somos un barrio pequeño y cohesionado. Organizamos actividades periódicas y mensualmente editamos una revista explicando lo que hemos hecho: quejas presentadas, reuniones...». ¿Hay gente dispuesta a coger las riendas de una asociación vecinal? Rodríguez asegura que hay mucha predisposición. En cambio, Eduardo Navas señala que hay falta de relievo generacional. «De 5.000 vecinos, hay 114 familias asociadas. Cuando hay amenazas, es difícil que alguien esté dispuesto a tomar las riendas», señala.

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