La comunidad musulmana rechaza la moratoria de los centros de culto

La Associació Musulmana Cultural Islàmica dels Musulmans del Magreb inició hace más de un año los trámites para abrir una mezquita en el barrio Juroca, en el sur de la ciudad

19 mayo 2017 22:20 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:38
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La Associació Musulmana Cultural Islàmica dels Musulmans del Magreb no está dispuesta a esperar un año más para poder abrir su mezquita en el zona sur de la ciudad, concretamente en el barrio Juroca. El presidente de la entidad, Hassan El Barnoussi, rechaza rotundamente la ampliación, un año más, de la moratoria de nuevos centros de culto, que hoy pretende aprobar el gobierno municipal durante el pleno. «No podemos aceptar esta voluntad porque en su día ya presentamos toda la documentación que nos requirió el Ayuntamiento y certificamos que la nave ubicada en la calle Riera de l’Escorial es apta como centro de culto», afirma El Barnoussi.

Desde la Associació Musulmana Cultural Islàmica dels Musulmans del Magreb aseguran que no existe ninguna razón ‘convincente’ para retrasar otros doce meses la apertura de locales religiosos en la ciudad. «Aceptamos la prórroga anunciada en julio del año pasado con la esperanza de poder iniciar la actividad ahora, pero lo que no permitiremos es que la nave que compramos este de nuevo cerrada», asegura el presidente de la entidad.

Él mismo recuerda la importante inversión que la comunidad musulmana hizo en su momento para poder adquirir el local, con una planta baja de 500 metros cuadrados y un piso superior de 340 metros cuadrados de superficie. En total unos 500 fieles podrían rezar en el templo con su apertura. «La compramos por más de 200.000 euros, un gasto importante al que hay que sumar el coste de los trámites y la documentación que nos solicitó el Ayuntamiento en su día», explica Hassan El Barnoussi. Este sería el caso de mejoras técnicas como accesos a minusválidos, mejoras en el sistema de ventilación, etc.

Respecto la voluntad del gobierno municipal de «poner orden» a la creación y construcción de equipamientos destinados a la actividad religiosa, El Barnoussi se opone a «tener que presentar de nuevo toda la documentación y adecuar la nave a los nuevos requisitos urbanísticos». La intención del ejecutivo es que los centros de culto del centro de la ciudad no superen los 100m2 de superficie y una capacidad máxima de 90 personas, mientras que en la periferia la superficie máxima será de 250 metros cuadrados y un aforo limitado a 200 personas. Aquellas comunidades religiosas que prevean abrir locales que superen estas cifras el gobierno municipal aplicará «criterios más restrictivos», como es el caso de solicitar un plan especial especifico.

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