«La estética oncológica es una enseñanza de vida»

Entrevista. Pilar Arenas es peluquera experimentada de Reus. Una «casualidad» la llevó a colaborar en la confección de pelucas para personas con cáncer

30 septiembre 2019 07:52 | Actualizado a 03 octubre 2019 08:35
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Con el lema Recupera tu imagen, recupera tu ilusión, Pilar Arenas saca adelante un centro capilar de estética oncológica en la ciudad desde hace años. Se trata de un sector que le ha aportado mucho: nuevos valores y comprensión. Ella lo describe como una «enseñanza de vida».  

¿Cuándo supo que quería dedicarse a la estética oncológica?

Empecé a ejercer de peluquera en 1984 y, en 2003, abrí la peluquería en la calle Miami. Descubrí esta especialidad en un taller y por casualidad: a través de una mujer de Barcelona que conocía el sector. Mantuvimos la amistad, incluso le envíe a una clienta que recibía quimioterapia, puesto que, por aquel entonces, no conocía a nadie en Reus que se dedicara a las pelucas y los postizos. Fue entonces cuando esta mujer me preguntó: ‘¿Por qué no lo intentas en tu ciudad?’. Así que, entre el 2006 y el 2007, me animé a conocer este gran mundo. 

¿Cómo fue la nueva andadura?

Fui a un centro especializado de Barcelona a aprender. No se trató de un cursillo sobre cómo tenía que hacer las cosas, sino que aprendí con casos reales. Fue muy práctico. Rápidamente, me sentí como una más. El primer día estuve a punto de marcharme, siempre estaba a punto de llorar, hasta que llegó un día en que cambié de opinión. 

¿Qué pasó?

Me di cuenta del cambio de ánimo que producía en la gente venir al centro. Descubrí que ayudando con el asunto de las pelucas, las personas salían contentas del sitio. Eso me hizo pensar: si realmente conseguía mejorar la autoestima de la gente, trabajar se convertía en una tarea con una gran recompensa. Y es que, verdaderamente, el cabello para muchos es importante, forma parte de nuestra identidad.

Lo es, por supuesto.

Aunque no es así para todo el mundo, para la gran mayoría, perder el cabello es un choque y, a menudo, se sufre como un cambio muy duro. Así pues, yo ayudo a estas personas en todo lo que sé, incluso algunas de ellas disponen de mi número de teléfono para cualquier cosa. Esta especialidad requiere también mucha psicología. 

Para la mayoría de gente, perder el cabello es un choque y  se vive como un cambio duro. Elegir peluca supone una gran decisión

Debe ser un sector que funciona por recomendaciones...

A nivel de competencia en la ciudad sé muy poca cosa, la clientela que tengo me encuentra sobre todo a través de mi página web y, efectivamente, están las recomendaciones. 

¿En qué porcentaje se dedica a la estética oncológica en su negocio?

Puede que sea el 50%, aproximadamente. Ha sido mucho, el aprendizaje. Yo me encargo de asesorar al cliente. Desde la empresa en la que aprendí en Barcelona, me traen las pelucas que encargo. Me hacen de distribuidores, hecho que me garantiza la máxima calidad del género. Eso me ayuda también a ofrecer todas las facilidades a los clientes: si quieren devolver una peluca porque no les convence –siempre sin haberla cortado ni modificado–, se pueden devolver y solicitar otras, hay variedad.

¿Es un proceso ágil?

Es complejo dar con el corte y la tonalidad en un santiamén, pero con la cantidad de modelos que existen es posible dar con la ideal bastante rápido. Muchas se adaptan fácilmente con unas gomas que llevan incorporadas. Las hay más grandes, más pequeñas y de medida estándar. En caso de hacerse a medida, se tarda un poco más de tiempo, eso sí. Todo depende de la urgencia. Normalmente, tardan una semana en llegar. Si es muy urgente, la puedo tener en 24 o 48 horas. Todo depende de cuando se empiece el tratamiento. 

¿Cómo funciona el proceso de elegir una peluca?

Hay personas que vienen con cita previa o sin ella. Lo óptimo es venir con antelación. Prefiero dedicar tiempo, aunque nunca sabes cuánto. Puede que el cliente tenga muy claro lo que quiere. En la sesión doy la información, se mide la cabeza y se dan las indicaciones pertinentes de los cuidados de la peluca.

¿Cuánto cuesta una peluca?

Las hay desde 200 hasta 1.500 €. 

¿Les cuesta decidirse a los clientes?

Va a personas. Cada vez hay más complementos que te ayudan a verte bien. También hay turbantes y pañuelos, con los que puedes hacer virguerías. Las prendas, en este caso, son de algodón o bambú para no irritar la piel. Con la quimioterapia se vuelve más sensible. Para eso, tenemos también una gama de productos naturales para trabajar más cómodamente con la piel.

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