La fiesta ilegal de Reus del domingo fue alertada por un cliente que no quiso acudir

La Guàrdia Urbana denunció un total de 33 personas localizadas en una masía de la Riera de l'Abeurada que estaba en las páginas de alquiler turístico. La gente se marchó en desbandada y los rezagados intentaron esconderse en armarios y debajo de la cama

15 febrero 2021 00:20 | Actualizado a 18 febrero 2021 11:51
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La Guàrdia Urbana de Reus informaba el domingo electoral de que habían denunciado un total de 33 personas que incumplían las medidas de seguridad sanitaria por la pandemia de la Covid-19 en una masía.

El aviso a la Guàrdia Urbana se producía poco después de la medianoche del domingo de San Valentín (día de las elecciones) y fue una cliente potencial que habia sido invitada a la fiesta ilegal. Consideró que había un riesgo de contagio y que la fiesta que estaba montada podía ser contraproducente para la salud de los asistentes.

La Guàrdia Urbana desplegó sus efectivos y llegó poco después del aviso a la masía en cuestión, situada en la Riera de l'Abeurada. Allí a primera vista se contabilizaron unas 50 personas que estaban bailando al ritmo de la música. Además, se oían voces que certificaban que allí había más de dos personas, las que reservaron la mansión para el fin de semana.

Al activar los rotativos ya en las inmediaciones de la masía es cuando la clientela de la fiesta ilegal se percató de la presencia policial y empezó a salir de la casa y huir campo a través. Si el recuento de la Guàrdia Urbana fue aproximado, solo se escaparon de la denuncia poco más de una 15 de los presentes. Los otros 33 fueron denunciados.

Los agentes irrumpieron en la casa y verificaron que allí había una fiesta en toda regla: música, bebidas, pipas para fumar... y mucha gente. Algunos intentaron simular una redada de película y se escondieron en armarios y debajo de la cama, donde fueron igualmente pillados por los agentes.

La investigación de los agentes dio con la persona que había reservado por un portal de internet el local y fue denunciado al igual que los presentes.

La fiesta era de pago y los clientes debían abonar entre 10 y 15 euros si querían pasar por la masía. Además de las pipas, las botellas de alcohol y la música, las mascarillas brillaban por su ausencia y no había distancia social posible entre los asistentes.

Además de los 33 denunciados se contabilizaron 8 coches aparcados cerca de esta masía turística de Reus. Antes de permitir que se marcharan a sus casas se realizaron controles de alcoholemia y en una última batida por la zona, se encontraron a cuatro personas escondidas entre los arbustos.

La operación de la Guàrdia Urbana se cerró poco antes de las 4 de la madrugada, unas horas antes del inicio de la jornada electoral..

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