La hospitalización domiciliaria llega al Hospital Sant Joan de Reus

El servicio, en marcha desde hace años en muchos centros catalanes, entre ellos el Joan XXIII, empezó en octubre pasado con enfermos médicos y ahora se ha ampliado a quirúrgicos

13 julio 2020 18:32 | Actualizado a 14 julio 2020 10:20
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«En el hospital me trataron muy bien los días que estuve ingresada, pero fue llegar a casa y se me pasaron todos los males». Se llama Francisca Alarcón y es uno de los cerca de 200 pacientes que desde octubre del año pasado han pasado por las manos de los profesionales sanitarios de la Unitat d’Hospitalització a Domicili del Hospital Sant Joan de Reus, un servicio novedoso en el centro hospitalario reusense pero que funciona desde hace años con éxito en muchos hospitales catalanes, entre ellos el Joan XXIII de Tarragona.

El Sant Joan de Reus hace tiempo que se había marcado el reto de poner en marcha esta unidad, pero no fue hasta el pasado otoño cuando este deseo se hizo realidad. El objetivo principal de este servicio, tal y como explica Marc Benavent, uno de los médicos internistas que forman parte del equipo, es «tener al paciente hospitalizado en casa, en beneficio de su comodidad. Menos estrés para él y su familia, descansa mejor, tiene menos problemas para ir al lavabo, asearse, etc.».

La condición imprescindible para ser candidato a estar hospitalizado en tu casa es ser un paciente estable y que, a la vez, requiera curas hospitalarias. Además, es necesario que la persona no viva sola y, en cambio, cuente con un cuidador en casa. No obstante, a veces se hacen excepciones, como cuando el paciente es joven. El enfermo tipo es uno con infección y que requiere un tratamiento antibiótico.

En el caso de Francisca llegó al Hospital Sant Joan el pasado 21 de junio con una sepsis provocada por una infección generalizada. Después de una semana en la UCI ingresó en planta, donde sólo estuvo dos días. A partir de aquí, el resto de la hospitalización –hasta el pasado viernes que recibió el alta médica– la ha pasado en su casa de la urbanización Picarany de Almoster, donde a diario recibía la visita de las enfermeras del Sant Joan. «La sensación de estar atendida ha sido enorme. En el hospital me trataron muy bien, pero aquí, al venir a tu propia casa, se ha producido una relación de amistad con enfermeras y médicos, un trato de tú a tú. En el hospital era una más y aquí me sentía más una anfitriona que una enferma», explica Francisca, quien añade que «yo no sé estar encerrada en una habitación y por eso en el hospital estaba nerviosa, pero fue llegar a casa y mejorar mi estado de ánimo».

Falta cultura

A pesar de que la experiencia de Francisca es totalmente satisfactoria, Alba Català, médico internista de la unidad, reconoce que «falta cultura, en general, de este tipo de hospitalizaciones. Hay gente que lo ve bien, pero también hay quien es reticente porque en el hospital se siente más seguro». La UHAD del Hospital Sant Joan de Reus cuenta con una veintena de camas y se desplaza en un radio de 20 minutos en coche desde el propio hospital.

Los pacientes están atendidos las 24 horas del día. De 8 a 20 horas a través de las enfermeras de la unidad, y a partir de las ocho de la tarde en contacto con un teléfono que atiende el médico internista que está de guardia.

Desde que la unidad empezó a funcionar en octubre del año pasado se han realizado entre 150 y 200 hospitalizaciones domiciliarias. La irrupción, a mediados del pasado mes de marzo, de la pandemia del Covid-19, alteró el funcionamiento y la rutina del Hospital Sant Joan de Reus, también de su recién estrenada Unitat d’Hospitalització a Domicili. En este sentido, Marc Benavent recuerda aquellas semanas complicadas en las que «durante los meses de Covid nos tuvimos que adaptar a las circunstancias y acabamos haciendo de todo. Ayudamos a descargar pacientes del hospital y también llegamos a coger pacientes de Covid».

La unidad empezó atendiendo a pacientes médicos pero la gran novedad, de hace un par de semanas, es que esta hospitalización domiciliaria se ha ampliado a pacientes quirúrgicos. En un principio, del servicio de Traumatología, operados de prótesis de cadera y rodilla que, después de 48 horas ingresados en el hospital, continúan la hospitalización en su propio domicilio. Allí, según explica la enfermera Elisenda Benavent, «les curamos cada día la herida, se les hace un control del dolor e, incluso, alguna analítica. Además un fisioterapeuta le realiza la rehabilitación».

A pesar de no estar ligados a los PADES (Programa de Atención Domiciliaria-Equipos de Apoyo), desde la unidad del Sant Joan quieren dejar claro que «tenemos buena relación con ellos y también con los ABS y los CAP y médicos de cabecera».

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