La mercería Parisi, un viaje de vuelta al comercio afable de los años 40

El negocio de la calle Amargura cerrará el próximo 30 de abril, tras 90 años de historia, por jubilación

14 febrero 2021 07:10 | Actualizado a 14 febrero 2021 10:04
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Entrar a la mercería Parisi es un viaje a los tiempos de antaño. La estética especial que aguarda este local mantiene la misma esencia que en sus inicios: unos muebles de madera que desprenden olor a antiguo y el pavimento hidráulico característicos de las casas ‘nobles’ de Reus –antes de que el parqué invadiera los suelos–. La caja registradora es, quizás, el objeto que más se acerca a la contemporaneidad en todo el local. Y eso que es de las que aún imprime el tiquet a medida que aprietas las teclas. «No ha cambiado ni un ápice desde el primer día en esta ubicación», señala Montse ‘de cal Parisi’. Así la conoce todo el mundo ya, Montserrat Garceball lleva más de 57 años trabajando para este negocio. «Toda una vida», explica, añadiendo que vivió durante mucho tiempo en la misma calle, a unos pocos portales del establecimiento.

El negocio abrió hace más de 90 años en la calle de la Font, para trasladarse luego a la calle Llovera y, finalmente, se trasladó a su actual ubicación de la calle Amargura –donde previamente hubo un bar–. Al recorrido centenario lo acompaña un trato próximo y afable, con la confianza de las dos Montses que están detrás del mostrador (la otra, desde hace 4 años) y unos «clientes de siempre» que han ido teniendo relevo generacional.

El próximo 30 de abril este emblemático lugar cerrará sus puertas para no volver. El motivo: la jubilación. El propietario, de 90 años de edad, ha decidido bajar la persiana y parar la actividad del negocio. «Es mucho tiempo ligada a este negocio... provoca tristeza, pero sabíamos que algún día tendría que llegar», explica Montse. La mujer, de 67 años, empezó a trabajar en la mercería con 10. Ahora, en su horizonte está, también, la jubilación: «No lo haría, porque venir aquí me encanta, pero entiendo que es lo que toca».

La noticia la conocieron sorprendidos los clientes de la mercería que se acercaron a primera hora de la mañana del jueves al comercio. Un goteo continúo de gente que lamentaba la pérdida. «Una pena. Nos estamos quedando sin negocios tradicionales de reusenses. Todo cierra y con los grandes locales y superficies ya no es lo mismo, sobre todo el trato», valora Mercé. Ella es de Riba-roja d’Ebre (Ribera d’Ebre) y aun así, es cliente habitual: «Tengo esta mercería como referencia, siempre vengo aquí, por el trato y la profesionalidad». De hecho, tal y como apuntan las dependientas, los clientes de las comarcas de alrededor han sido una pieza clave en el negocio. Y, aunque la pandemia no ha tenido nada que ver con el cierre, explican que «con el confinamiento municipal y comarcal hemos notado como bajaban las ventas».

Reus perderá, así, otro comercio centenario con el sello tradicional reusense. Un negocio impulsado en la postguerra que cambió tres veces de ubicación hasta estabilizarse, como uno de los referentes. El uno de marzo, empezará con la liquidación.

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