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La historia de una apertura de un ascensor en Reus pasa siempre desapercibida cuando no hay más información que la de la llegada de los Bombers, la apertura de las puertas bloqueadas y la salida sin heridos de sus ocupantes.
Pero en uno de los últimos casos ocurridos en la capital del Baix Camp se produjo una situación anómala que se solventó con sentido común a pesar de que incurría en una ilegalidad.
El ascensor de un edificio de la calle Belloc se estropeó a la hora de comer de un día de esta semana. En su interior había dos hombres y una niña de 4 años.
Los atrapados llamaron al teléfono de Emergències 112 y allí se desplazó una dotación de Bombers y otra de la Guàrdia Urbana de Reus. La madre de la pequeña recibió el aviso de la situación y llegó antes que Bombers al edificio. De forma intuitiva intentó abrir la puerta rompiendo el cristal de la misma, cortándose en la acción.
Al poco, llegó Bombers y Guàrdia Urbana, pidieron que la madre les dejara trabajar. La situación era compleja tras conocer la ansiedad de la pequeña y el asma que sufre. Bombers opto por romper la puerta del ascensor para poder liberar a las tres personas y sacarlas cuanto antes del habitáculo.
Nadie más que la madre, con un corte sufrió heridas. Y ésta se envió al hospital Sant Joan de Reus para que se lo curaran debidamente.
Mientras la Guàrdia Urbana tomaba nota e identificaba a las personas, saltó una alerta. El padre (encerrado) tiene una orden de alejamiento hacia la madre, que había ido a auxiliarlos.
Ante la situación excepcional y ante el acercamiento de la madre y no del padre a causa del ascensor estropeado, los agentes tomaron nota, pero sin detener, ya que sí hubo acercamiento entre las dos partes, pero no motivada por la persona que tiene la orden de alejamiento.
