La peatonalización durante diez horas de la calle del Roser de Reus divide a los vecinos

El cierre simbólico al tráfico generó opiniones dispares. Muchos paseantes aprovecharon la medida y más de un conductor se la saltó

23 septiembre 2021 07:36 | Actualizado a 23 septiembre 2021 07:38
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Se aplicó como una medida simbólica, solo durante diez horas, coincidiendo con el Día sin Coches y la Semana Europea de la Movilidad Sostenible, pero el cierre al tráfico del tramo de la calle del Roser más próximo a la plaza Catalunya generó, ayer, división entre vecinos, conductores y comerciantes. Por un día, la vía fue exclusivamente peatonal de 10 a 20h. «Muchos coches se acercan a hacer el giro y, al ver que una valla corta el paso y que hoy no pueden entrar, ya ha habido algún claxon y enfados, y quien ha querido entrar lo ha acabado haciendo igualmente», explicaba Eduard Mòdol desde su quiosco de la ONCE en la esquina con la Riera Miró. 

Fuentes municipales consultadas sobre si el Ayuntamiento está barajando peatonalizar definitivamente esta calle indican que «no se sabe» y que «las áreas para peatones las definirá el Pla de Mobilitat Urbana». La concejala de Urbanismo, Marina Berasategui, explica que «desde el Ayuntamiento estamos trabajando intensamente en diversos proyectos orientados a la promoción de la movilidad sostenible, la descarbonización y los cambios en el uso del espacio público para mejorar la calidad del aire, reducir la contaminación acústica y, en definitiva, mejorar la calidad de vida». Berasategui precisa que el corte puntual de un tramo de la calle del Roser «es solamente un ejemplo simbólico para sensibilizar a la ciudadanía sobre las ventajas que supone la apuesta por la movilidad sostenible».  

A Silvia L., que ayer cruzaba la calzada con la tranquilidad de saber que no pasaría ni un vehículo, le parece «muy bien que esto sea peatonal, porque en realidad no es una calle donde ya hay poco tráfico y, sin embargo, si ya no hay nada las personas pueden caminar más tranquilas». En cambio, otros de los que ayer paseaban por esta zona, Guillermo M., considera que «tampoco es que justamente aquí haya muchos comercios o bares como para que esto tenga que ser peatonal, la verdad es que no le veo mucho sentido», y sostiene que «así, lo único que se hace es retrasar la circulación y desviarla hacia otros sitios, mientras que en esta calle las aceras ya son suficientemente anchas». 

«Si es algo para que los peatones tengan más espacio, me parece positivo», expresa Rafael Gómez, que detalla que «los coches pueden circular por otros sitios y, mientras se estudie que vaya bien y no sea un capricho, dejar las calles para que caminen las personas no está nada mal». Desde su quiosco, Mòdol vio ayer que «más de un coche y más de dos han retirado la valla y han pasado sin más, igual que todas las motos». «Todo el centro debería ser peatonal», dice. 

En el Mesón del Roser, uno de los pocos negocios que trabajan en este punto concreto de la ciudad, apuntaban ayer que «no hemos tenido ni más ni menos clientes, habitualmente la gente ya tiene que venir aquí sí o sí caminando y esto no nos ha afectado». Sobre si peatonalizar este ámbito les podría traer o no más clientes, valoran que «seguramente sí» y, aunque los coches no pudieran acceder, «al estar ubicados casi pegando a la esquina, esto, a nosotros, no nos generaría grandes problemas». 

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