La robótica es la nueva forma de aprender ciencia en las escuelas

La empresa Dynamind, pionera en el sector, realiza sus propias actividades extraescolares en 4 centros de Reus

19 mayo 2017 23:46 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:25
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La ciencia, las matemáticas o la tecnología pueden convertirse en un hueso duro de roer para muchos alumnos. Es por esto que una nueva herramienta pedagógica está cogiendo fuerza en diferentes centros educativos que han decidido apostar por la robótica como una vía de aprendizaje para incentivar a los estudiantes y despertar su interés en estas materias. Y, a tenor del resultado, parece que funciona.

Cuatro escuelas de Reus, la Escola El Ganxet, Joan Rebull, el Col·legi Maria Rosa Molas y el Institut Baix Camp, a partir de este curso escolar 2014-2015 ofrecen a sus alumnos actividades extraescolares que tienen el objetivo de reforzar y aprender matemáticas, ciencias y tecnología mediante la robótica. Lo implementan a través de la empresa Dynamind, creada por un grupo de cuatro jóvenes emprendedores (tres ingenieros eléctricos y una maestra de Educación Infantil), que hace poco menos de un año que está en funcionamiento pero que su metodología ha convencido no solamente a estos centros reusenses, sino también a 20 escuelas más instaladas por todo el Camp de Tarragona.

 

¿Qué aporta la robótica?

Cuando un niño tiene un robot entre las manos su predisposición cambia radicalmente. Para Cristina Vives, maestra de Educación Infantil, «el método que utilizamos motiva mucho al alumno, de forma que le puedes dar un contenido muy duro y que él se lo tome como un juego», asegura la docente. Por ejemplo, según el ingeniero eléctrico Ricardo Bonache, «la robótica es el elemento integrador capaz de unir otras áreas de conocimiento como la física, las matemáticas, la programación o la trigonometría», cuenta. En este último caso, con la robótica se trabaja la introducción de los ángulos a través del movimiento de las ruedas del robot. Pero este es sólo uno de muchos ejemplos.

Las actividades potencian otras habilidades, como la comunicación, el trabajo en equipo o la resolución de conflictos, incluso, de una forma abierta. «Los niños nos plantean soluciones a los problemas matemáticos diferentes a los que teníamos planeados», explica Jordi Rincón, también ingeniero eléctrico. Así que esta resolución abierta de problemas «potencia, sin ninguna duda, la creatividad digital», puntualiza Adrià Marcos, otro de los ingenieros.

 

Un ejemplo cercano

La Escola pública Joan Rebull es uno de los centros reusenses que más ha apostado por la robótica como herramienta educativa. Tiene hasta seis grupos, uno cada día de la semana, de Educación Infantil. El viernes pasado de 12:30 a 13:30 horas una decena de niños de 5 a 9 años trabajaron la visión espacial, un contenido de matemáticas y la lógica y el razonamiento que se trabaja en la programación. Lo hicieron a través de la actividad llamada, LEGO WeDo, donde realizan la construcción de una pieza con sus manos y una vez terminada, programan con el ordenador su comportamiento.

La empresa Dynamind, que es pionera en el territorio en llevar a cabo esta metodología, cuenta con su propio equipo de profesores formado por una decena de docentes, que trasladan este método a las aulas a través de un material didáctico diseñado por ellos mismos. Un material que permite, según los creadores, aprender de una forma ordenada y secuencial, estructurando el pensamiento y favoreciendo un aprendizaje transversal entre diferentes disciplinas.

Incluso, su estrategia funciona en niños con necesidades educativas especiales, como alumnos con TDAH, el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, o estudiantes con el síndrome de Asperger, un problema neuro-biológico.

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