La sala grande del viejo Cine Reus Palace, convertida en un mar de escombros

El derribo de las instalaciones de la calle Batán ha empezado por su interior y hasta su fase final, prevista para finales del mes de junio, no será visible desde el exterior

19 mayo 2017 15:35 | Actualizado a 19 mayo 2017 15:35
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Cualquier director de cine encontraría en la sala grande del viejo Cine Reus Palace el escenario perfecto para el rodaje de una película relacionada con una catástrofe. La sala que durante 40 años ofreció a los reusenses tantas y tantas tardes de buen cine ha pasado a ser un espacio desolador, donde los escombros se acumulan entre amasijos de hierro, planchas de aluminio, trozos de moqueta, cables colgando y un sinfín de materiales indescriptibles que se retuercen a la espera de que un operario los cargue en un camión para retirarlos.

El Diari ha podido acceder al interior del antiguo cine, donde dos trabajadores retiraban escombros a través de la entrada de la Riera Aragó, ya que la principal de la calle Batán está cerrada. De momento, el derribo se está realizando internamente, por lo que desde el exterior es totalmente imperceptible. Antes de que el cine vaya al suelo, se está procediendo a la retirada de todo tipo de residuos de su interior, una labor lenta y minuciosa ya que hay que ir sacándolos de manera bien diferenciada y clasificada por un motivo de seguridad. Mientras, los pisos superiores se encuentran prácticamente intactos, incluso con las butacas.

Después de que el Cine Reus Palace cerrase sus puertas el pasado 31 de marzo -con una emotiva fiesta popular de despedida en la que se proyectó el corto Marcianos de Marte, producido por la Escola de Cinema de Reus- diez días después empezó el desmantelamiento de las instalaciones. Antes de que entrasen los operarios de la empresa Profirex G.I., para comenzar el derribo, el propietario de la firma valenciana Aguilar Cinematográfica, Antonio Aguilar, se desplazó hasta Reus para hacerse con diferentes pertenencias del viejo Reus Palace. Se enteró de casualidad que el cine iba a ser derruido y se plantó en Reus para llevarse, nada más y nada menos, que las 600 butacas de la sala grande. El objetivo era repartirlas entre amigos, entre ellos una parroquia evangelista de Valencia.

Pero este no fue el único material que se llevó Antonio Aguilar, quien también se hizo con la pantalla de la sala grande. En este caso, sí que se le va a dar uso, ya que este empresario cinematográfico confirmó al Diari que la aprovecharía para un cine de verano de Valencia. Por último, Aguilar no dudó ni un momento en quedarse con tres proyectores de películas que, aunque ya no funcionaban, formarán parte de su colección-museo de 200 proyectores cinematográficos.

El futuro geriátrico

Está previsto que los trabajos de derribo se alarguen un par de meses. Cuando el cine ya sea sólo un recuerdo, llegará el turno de la constructora barcelonesa Cel Urbà SL, encargada de construir el geriátrico que hay proyectado. El último pleno municipal tiró adelante la aprobación provisional del plan urbanístico presentado por Cel Urbà SL. La intención de esta promotora es construir un gran geriátrico en el centro de Reus, que contaría con unas 120 camas y que estaría gestionado por la empresa Intercentros Ballesol, de Madrid. El proyecto estaría valorado en unos siete millones y medio de euros, incluyendo tanto los terrenos de la calle Batán, la demolición del cine y la construcción del nuevo equipamiento.

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