La última casa de la Rambla del Carrilet de Reus tiene los días contados

El Ayuntamiento proyecta para los próximos años la ampliación de la Rambla hasta la calle Balmes, tal y como se planteó inicialmente. Para ello debe derribarse el edificio que históricamente albergaba las taquillas del tren. Los vecinos coinciden: revitalizaría el barrio. 

23 abril 2018 19:02 | Actualizado a 25 abril 2018 06:57
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Hace años que los vecinos del Carrilet esperan el derribo del edificio situado en lo alto de la Rambla principal del barrio. Así se les prometió en 2009, cuando se les explicó el proyecto de adecuación del paseo y la construcción del parking subterráneo. 

La crisis económica frenó el desarrollo total del proyecto contemplado inicialmente. Aunque se han expropiado la mayoría de los pisos del edificio, aún quedan dos de ellos por expropiar, y en uno de ellos aún hay inquilinos. 

El Ayuntamiento contempla la obra aunque no hay calendario fijo y fuentes municipales aseguran que aún pueden tardar años. Marc Arza, concejal de Urbanisme, asegura que «la prolongación de la rambla forma parte de los puntos de la ciudad con el desarrollo urbanístico pendiente que el gobierno de Reus tiene identificados». Dice Arza que «los estudios y trabajos realizados por la concejalía permiten definir un nuevo espacio libre a disposición de la ciudadanía, pero especialmente de los residentes en la zona». Para ello hará falta que se completen las expropiaciones pendientes y el derribo del edificio. 

Una vez definido, «el nuevo espacio contribuirá a la mejora de las condiciones de vida de los vecinos con la adecuación urbanística del entorno, la mejor conectividad con el centro de la ciudad y movilidad de las personas». El concejal de Urbanisme añade que los vecinos contarán con «una nueva zona ajardinada, con mobiliario urbano y otros posibles servicios de vía pública». Todo ello, de momento, sin calendario fijo. 

Los vecinos claman el derribo
Salvador Cabré, presidente de la Associació de Veïns del Carrilet asegura que «para nosotros es un proyecto ideal, que abrirá el barrio al centro de la ciudad». Considera que «conectar con el Tomb de Ravals sería importante para dinamizar la zona». 

Dice Cabré que «ahora tenemos una avenida muy cómoda, pero muere en una pared y para seguir hacia el centro debes avanzar por calles más estrechas. Una lástima». 

De la misma manera lo ven vecinos consultados por el Diari. Juan asegura que «hace años que se comenta el proyecto pero suena a cuento de nunca jamás. Sería fenomenal». En la misma línea se manifiesta Fernando del Río, vecino de la Rambla del Carrilet: «la casa limita la rambla y corta el paseo». 

A Marina y a Montse no les gusta la idea porqué «pasábamos muchas horas en ese edificio. Allí vivía una familia con nueve hermanos con los que jugábamos». Aun así afirman que la rambla se revitalizaría con la ampliación. Lo mismo opina Rafael Julián, del bar Yuste, que dice que la ampliación «revitalizaría la Rambla y los negocios». 

Salvador Cabré asegura que «cuando viene el alcalde siempre le pedimos lo mismo. Que se acuerde de derribar el edificio y de ampliar la Rambla». La última petición «la hicimos hace pocas semanas». 

El proyecto de ampliación
La idea de derribar el edificio y ampliar la Rambla se gestó en 2009 aprovechando la construcción de un nuevo parking en el Carrilet. Según aseguraba entonces el Ayuntamiento, el equipamiento era estratégico y necesario para una zona que no tenía resuelto el problema del aparcamiento. 

El entonces delegado de la empresa municipal de parkings (Amersam), Eduard Ortiz, proyectó el primer parking en la ciudad sin columnas. La construcción del equipamiento empezó en 2010 y la inauguración se produjo en febrero del 2011, aunque las obras hacía semanas que se habían terminado. Con una inversión de unos 5 millones de euros, la ciudad ganó 350 plazas de aparcamiento en la zona sur. El proyecto, desde un buen comienzo, contemplaba la ampliación del propio parking. La idea era alargarlo hasta la calle Balmes y añadir alrededor de 90 plazas más durante el mandato 2011-2015. 

Junto con ello, se preveía el derribo del último edificio de la rambla y la conexión con la calle Balmes. Fue entonces cuando el gobierno tripartito de la ciudad cedió el poder a CiU y PP, y el proyecto, ante la crisis económica, quedó en el olvido. 

Dificultades de movilidad
Desde entonces, los vecinos de la zona han comprobado los pequeños problemas que comporta el hecho de no haber concluido el proyecto inicial. 

Salvador Cabré asegura que «ahora no podemos dar la vuelta, como sí podíamos hacer antes, con la plazuela que había frente a la calle del Canal y en la que había la máquina de tren». Ahora, para poder dar la vuelta hay que dirigirse a la calle Batàn, bajar hasta la plaza de Antoni Villarroel, desviarse por la avenida de Pere el Cerimoniós hasta la avenida Jaume I y entonces subir por esa calle hasta la calle Tetuán.

olamente entonces, el conductor puede bajar por la rambla del Carrilet. «Una conexión entre la subida y la bajada es indispensable», asegura otro vecino del barrio. Cabré dice que la falta de morbilidad en la rambla provoca que «a veces las motos crucen de carril a carril. Con la multitud de niños que juegan habitualmente en la zona eso puede ser un peligro». 

Además de la poca conexión entre la rambla «existe también la imposibilidad de acceder al Carrilet desde la calle Balmes». Y es que el proyecto de adecuación de la zona y la construcción del parking cerró al tráfico rodado el acceso des de la calle Escorredor de Sant Francesc. «Allí se ubicó una de las salidas del parking y sólo aquellos vecinos que tienen locales pueden acceder». De hecho, el pequeño cul-de-sac que se creó, se convirtió en parking improvisado de superficie, ante las quejas de los vecinos. 

«Si de verdad va a desarrollarse el proyecto planteado en 2010, la misma rambla del Carrilet tiene continuidad hasta la calle Balmes», dice Salvador Cabré. Y es que la calzada donde desemboca la calle del Canal continua hacia arriba hasta chocar contra el último edificio de la rambla. «Sería lógico que se pudiese conectar la calle Balmes a través de ésta vía y hacer algún tipo de conexión en la parte superior de la rambla para poder crear un circuito para los vehículos». 

Según el proyecto urbanístico facilitado por el Ayuntamiento, dichas problemáticas se solucionan con un circuito alrededor del edificio que se estudia demoler, que serviría de plaza para los coches y motocicletas que quisieran acceder a la rambla del Carrilet desde la calle Balmes, o que quisieran bajar hacia Ronda Subirà después de encarar la rambla de subida. 

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